Hoy muchos hablan de mantener el estandarte de la Reforma, y de los llamados “Padres”. Pero al autor (W.E. Vine) de este libro no le importan esas normas y lemas de hombres. No es suficiente volver a la Reforma, aunque conoció algo de bendición divina, ni mucho menos a las enseñanzas y prácticas de los sucesores de los apóstoles. Los apóstoles nos advierten acerca de los que vendrían después de ellos, y nos encomiendan solo a Dios y la Palabra de Su gracia.
El autor, entonces, no reconoce a ninguna norma ni autoridad excepto de las Sagradas Escrituras. Si empleamos argumentos de historia y tradición, encontramos al enemigo en su propia plataforma e invitamos la derrota. Pero él es silenciado cuando en sencillez y fe le contestamos con la Palabra de Dios (“escrito está”).
Cuán importante es que vayamos a la misma Fuente de la verdad, escudriñando con reverencia y sopesando solemnemente las Escrituras a las que el autor apela para apoyar sus declaraciones. ¡Esas declaraciones contradicen la autoridad cumulativa de siglos de tradición humana, y descubren la casi completa desviación de la cristiandad de la verdad de Dios!
El apóstol Juan escribió: “Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre” (1 Jn. 2:24).
W. R. Lewis, Bath, Reino Unido
Prefacio del libro The Origin and Rise of Ecclesiasticism (“El Origen y Auge del Eclesiasticismo”), por W. E. Vine.
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