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sábado, 2 de diciembre de 2023

NAVIDAD ¿el 25 de diciembre?

El 25 de diciembre es el día señalado en nuestro calendario como el día del nacimiento de Jesucristo, ¿Pero es verdaderamente el día en que nació Jesucristo? ¿Son las costumbres de estas fechas de origen cristiano, o son las navidades el resultado de la unión entre el paganismo y la cristiandad?

    Como hemos de ver, ¡el 25 de diciembre no es la fecha en que Jesucristo nació!  Es evidente que nuestro Salvador no nació durante el invierno, pues cuando Él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. “Y había pastores en la misma tierra que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado” (S. Lucas 2:8). Como es conocido, los pastores en Israel no hacen esto durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas a los rediles antes del 15 de octubre.
    Con esto está claro que Jesucristo no nació en invierno. Si no nació en diciembre, ¿cómo llegó el 25 de diciembre a ser el día que la cristiandad celebra como el día de Su nacimiento? La historia nos da la respuesta. ¡En vez de ser este día el nacimiento de nuestro Salvador, este era el día en que los paganos, durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de su dios solar! Un estudio de esto demuestra cuánto se rebajaron los responsables de la Iglesia Católica Romana en sus esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo, hasta el punto de poner el nacimiento de Jesucristo en una fecha que armonizaba con la celebración pagana del nacimiento del dios sol.

    Amigo, si tú celebras en estos días la Navidad como algo cristiano, ¡estás equivocado! Pero lo peor es que el sentido de la verdadera Navidad tampoco está presente en estos días. Son fechas para la reconciliación momentánea, para organizar la gran comilona familiar. Comer, beber, reír y olvidar son los cuatro verbos presentes, y ¿qué de la verdadera Navidad? ¿Qué de ese Nacimiento que da vida?  El que nació vino para darnos vida, no para darnos una fiesta. Nació para morir, y nos ofrece perdón de pecados y vida eterna a través de Su muerte. Es el mejor regalo. No se caduca nunca, y es gratis. No hay que pagar nada, ni se puede ganar a cambio de obras de piedad o devoción. La gracia de Dios a ti es gratis, pero esto es porque el Señor Jesucristo pagó con Su vida en la cruz. Nació, sí, pero ya no es "el Niño" sino "Señor y Salvador. Jesucristo vino al mundo, no para dar comienzo a una fiesta, sino para salvar a los pecadores (1ª Epístola de S. Pablo a Timoteo, 1.15). Murió, resucitó, ascendió y hoy vive a la diestra del Padre. Sólo Él puede salvar  perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (Hebreos 7:25).
    Tú que celebras en estos días la Navidad, reflexiona y considera que el nacimiento de Jesucristo fue con el propósito de darte Vida y reconciliarte perpetuamente con Dios. Fue necesario Su nacimiento, pero mucho más Su muerte, ya que solo por ella puedes obtener el perdón de pecados y la salvación eterna.


viernes, 30 de diciembre de 2022

El 25 de diciembre, ¡FUM FUM FUM!

¿N A V I D A D?

El 25 de diciembre es el día señalado en nuestro calendario como el día del nacimiento, como dice el villancico "un niñito muy bonito ha nacido el el portal". Suena bien, pero, ¿es verdaderamente el día en que nació Jesucristo? ¿Son las costumbres de estas fechas de origen cristiano, o son las navidades el resultado de la unión entre el  paganismo y la cristiandad?
      Como hemos de ver, ¡el 25 de diciembre no es la fecha en que Jesucristo nació! Por ejemplo, es evidente que nuestro Salvador no nació durante el invierno, pues cuando Él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. “Y había pastores en la misma tierra que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado” (Evangelio según S. Lucas 2.8).
     Es conocimiento común en Israel que, debido a la imtemperie, los pastores no hacen eso durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas y los campos a los rediles antes del 15 de octubre. Con esto está abundantemente claro que Jesucristo no nació en invierno, pues toda la zona del Belén, Jerusalén y la Sefela está sujeta a nevadas y fuertes heladas hasta finales de febrero o principios de marzo.

Belén nevada, y esto no es raro

   Si no nació en diciembre, ¿cómo llegó el 25 de diciembre a ser el día que la cristiandad celebra como el dí de Su nacimiento? La historia nos da la respuesta. ¡En lugar de ser este día el nacimiento de nuestro Salvador, este era el día en que los paganos, durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de "Deo Sol Invictus" su dios solar!

Un estudio de esto demuestra cuánto se rebajaron los responsables de la Iglesia Católica Romana en sus esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo, hasta el punto de poner el nacimiento de Jesucristo en una fecha que armonizaba con la celebración pagana del nacimiento del dios sol.
      Amigo, seas quién seas, si celebras en estos días la Navidad y los Reyes como algo cristiano, ¡estás equivocado! Pero lo peor es que el sentido de la verdadera Navidad ni siquiera está presente en estos días. Son fechas para la reconciliación superficial y momentánea, para organizar la gran comilona familiar. Comprar, comer, beber, reír y olvidar son los cinco verbos presentes, y ¿qué de la verdadera Navidad? ¿Qué de ese Nacimiento único y especial de Dios manifestado en carne? El que nació vino para darnos vida, no para darnos una fiesta. Jesucristo vino, nació para morir como dijo S. Pedro, llevando "nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero". No había árbol de navidad, sino solo la cruz, instrumento de muerte cruel del imperio romano. Pero Cristo vive, pues resucitó, y ascendió vivo al cielo - Él, no María. Cristo está sentado a la diestra de Dios Padre. Cristo, no la Iglesia, te ofrece perdón de pecados y vida eterna en virtud de Su muerte como nuestro Sustituto: el Cordero de Dios. 

     Éste es sin duda el mejor regalo. Nunca se caduca, y es gratis. No hay que pagar nada, ni se puede ganar a cambio de obras de piedad o devoción. La gracia de Dios a ti es gratis, pero esto es porque el Señor Jesucristo pagó con Su vida en la cruz. Nació, murió, resucitó, ascendió y vive a la diestra del Padre. Sólo Él puede salvar perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (Epístola a los Hebreos 7.25).
    Tú que sigues la tradición y la mayoría, y celebras en estos días la Navidad y los Reyes, reflexiona y considera que el nacimiento de Jesucristo fue para reconciliarte perpetuamente con Dios, si te arrepientes de tus pecados y confías únicamente en Él. 

    Es cierto que fue necesario Su nacimiento, pero mucho más Su muerte, ya que mediante ella, por la fe en Aquel que murió por ti, puedes obtener la salvación eterna.

martes, 25 de diciembre de 2018

Tres Enramadas

Los Paganismos Navideños

“Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd. Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor” (Mt. 17:1-6).
    Poquísimas personas han tenido la dicha de esos tres apóstoles. En Génesis 18 Jehová visitó a Abraham y comió con él. Siglos después, enseñó Su gloria a Moisés (Éx. 33:18-34:8). Una vez setenta de los ancianos de Israel, Moisés, Aarón y sus hijos subieron el monte y vieron una manifestación gloriosa del Dios de Israel (Éx. 24:7-11).
    En el Nuevo Testamento, los discípulos Pedro, Jacobo y Juan subieron el monte con el Señor y le vieron transfigurado y glorioso. Aparecieron Moisés y Elías, hablando con Él. Pedro, impresionado sobremanera, sugirió para conmemorar la ocasión: “hagamos aquí tres enramadas”. A Dios no le gustó esa idea. Una nube les cubrió y una voz dijo: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”. No se hizo ninguna enramada, ni para Moisés, ni para Elías, ni siquiera para Cristo. Dios no lo quería entonces, ni hoy tampoco.
 
El Belén vaticano - la madre de la idolatría y de toda abominación
   Pero hoy la gente hace sus enramadas, llamadas “belenes” o “nacimientos”, con José, María y Jesús, la “sagrada familia”, supuestamente para comemorar algo importante. Es parecido al error de Pedro. En lugar de Moisés y Elías ponen a José y María, los pastores, los magos, los ángeles y otros. Pedro pensaba que su idea de enramadas era buena, y los religiosos también creen buenas sus belenes. Alguien dijo con sarcasmo que la navidad es el tiempo del año cuando los protestantes no tienen problemas con imágenes de Jesús, María, José y los ángeles. Tiene razón, porque con sus emocionalismos se les olvida que Dios prohibe hacer y tener imágenes. Si las rindes culto o no es otra cuestión y todavía peor sí lo haces. Pero está prohibido tenerlas. Es pecado.
 
 "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás" Éxodo 20:4-5
      Está claro que Dios no mandó hacer imágenes para navidad, ni fue una práctica de los primeros cristianos. Además, como hemos dicho, repetimos: Dios prohíbe todo uso de imágenes. ¿Qué hacen terrafines en casas de creyentes? ¡Qué vergüenza! Y peor si eres misionero, obrero o anciano en una iglesia -- porque Santiago 3:1 dice que para ti, hermano, el juicio será más severo. Has dado mal ejemplo a la grey del Señor. ¿No deberías pedir perdón publicamente? No es posible agradar a Dios ni honrar a Cristo con enramadas e imágenes. La "navidad" no es una excusa para poner imágenes en casa. No tiene disculpa la idolatría. No es inofensiva. No es cristiana. La práctica no está en la Biblia. Reconócelo. No es una costumbre inofensiva. Si has puesto un belén en tu casa, arrepiéntete y quítalo. "Vete y no peques más".
Carlos Tomás Knott

sábado, 23 de diciembre de 2017

Contradicciones Navideñas

Contradicciones Navideñas

Las fechas de Navidad y Reyes son el tiempo del año cuando supuestamente todos piensan en el Señor Jesucristo. Pero si somos honestos, sabemos que no es así. Para empezar, ni siquiera nació Cristo en esas fechas, pues no hay pastores ni rebaños en los campos en Judea desde octubre hasta marzo, porque en esos meses hay mucho frío, lluvias, nevadas, y heladas, y no se puede estar en el campo. Además, no se conocen esas fiestas y costumbres en la Biblia,  y nada tienen que ver con las cosas que mandó el Señor Jesucristo (Mateo 28:19-20), ni hay registro alguno de ellas en las prácticas de la iglesia apostólica (Hechos) ni las enseñanzas del Nuevo Testamento (las Epístolas). No hay ninguna fiesta ni celebración navideña de parte de los creyentes en el Nuevo Testamento. Al contrario, la historia ampliamente documenta el origen pagano de fiestas como la de Saturnalia, y cómo la iglesia católica romana obró para incluir tales fiestas en la cristiandad.

El Árbol
     En ningún lugar en toda la Biblia somos instruidos a poner un árbol como memorial espiritual, ni en nada se relaciona con el Señor Jesucristo. ¿Pueden los que lo ponen mostrar siquiera un texto bíblico que instruya o apoye el uso de un árbol así? Sencillamente, la respuesta es “no”. Pero, ¡la tradición y el sentimentalismo son fuertes!
    Al contrario, el árbol como objeto religioso radica en las costumbres antiguas del medio-oriente. Siglos antes de Cristo los asirios usaban un árbol sagrado en sus ceremonias y cultos religiosos. Los babilonios empleaban un árbol para celebrar un culto a Tamuz, hijo de Semiramis.

Papá Noel
 
   San Nicolás, o “Santa Claus”, un gran mentiroso, totalmente fuera de lo bíblico, es como un dios que sabe todo y promete venir y aparecer en todo el mundo en una sola noche y reparte bienes (o carbón) según el comportamiento de cada uno. Aunque Navidad no es el nacimiento de Cristo, si lo fuera, Papá Noel tendría el papel de un anticristo, robando la atención y los afectos de muchos.
    En países predominantemente católicos, en la fiesta religiosa de Epifanía, destacan los reyes magos y operan parecidos a Papá Noel, pero sin los renos, repartiendo regalos según el comportamiento de cada cual. ¿Dónde en la Biblia dice que había tres, y de que eran reyes? Pero la iglesia católica felizmente se inventa los nombres y propaga el mito. La Biblia relata la visita de hombres del oriente que traían regalos para el rey nacido – no para todos.

Los Belenes (también llamados: “nacimientos”)
 
   Tampoco caben dentro del marco bíblico, ya que está tajantemente prohibido hacer imágenes de cualquier cosa en el cielo, en la tierra o debajo de la tierra, ni inclinarse ni rendir culto a ellas (Éxodo 20:4-5). Los terafines (dioses y templecillos caseros) han existido desde los tiempos del Antiguo Testamento. Génesis 31:19 habla de “los ídolos” (literalmente “terafines”) de Labán que su hija Raquel hurtó. Esa vieja práctica pagana de tener imágenes religiosas en las casas, es imitada y perpetuada hoy por las imágenes expuestas y veneradas en los templos católicos y ortodoxos, y en las casas, tiendas y plazas públicas de poblaciones católicas. Dios nunca permite ni mucho menos bendice tales prácticas (véase Romanos 12:1-2). Además, presentan errores, como por ejemplo los pastores y los magos juntos, cuando no era así. “Oh, pero es bonito, artístico” algunos dicen. ¿Qué tiene de bonito algo que Dios prohibe?

La Avaricia
   
 
Observamos la gran actividad comercial, las listas de deseos, los caprichos, la codicia, la envidia, todo centrado en compra e intercambio de regalos. Los comerciantes esperan la navidad con ansia porque es cuando ganan más dinero. ¡Y no olvidemos la lotería de Navidad el 22 de diciembre! Derroches de dinero en comidas lujosas. Es una escena totalmente ajena a Aquel que siendo rico, se hizo pobre, para enriquecernos espiritualmente. La dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro (Ro. 6:23), no relojes, ropa o juguetes. ¿Y por qué no decir la verdad acerca del dinero gastado? Gastan lo que no tienen, para cumplir con las demandas y espectaciones de la fiesta, y se endeudan grandemente. Luego, la cuesta de enero, febrero y marzo cuando intentan salir de la hoya.

La Glotonería
   
La glotonería es “acción de comer con exceso y con ansia”. Es vergonzoso el descontrol en comprar y consumir en esas fechas exageradamente más alimentos de lo que se necesita, ¡y peor cuando la gente lo hace en nombre de Cristo, un Cristo que desconoce y además no quiere que reine en su vida! Las carnicerías y pescaderías ganan enormes cantidades durante estas fechas porque la gente suele comprar sin que le importe los precios. La idea parece ser tener unas cenas tan magníficas de nochebuena y nochevieja que serán recordadas el resto del año. Por ejemplo, un trabajador en una pescadería cuenta como ganan miles de euros en cuestión de una mañana y otros tantos por la tarde en esas fechas.
    Pero luego, es de común conocimiento el derroche de esas comidas, pues en muchos lugares se comen un poco de todo, para poder probar de todo lo que hay, y el resto lo tiran a la basura.
    Tales cosas no les corresponden a los cristianos, sino a los paganos. “El fruto del Espíritu es...templanza” (Gálatas 5:22-23), esto es, dominio propio. El creyente debe hacer todo, incluso comer y beber, para la gloria de Dios (1 Co. 10:31).

La Hipocresía
 
   
El surgimiento repentino de muchos saludos amisotos y sonrisas afectando felicidad viene sólo durante esas fechas, cuando en realidad en muchas casas aumentan las tensiones, y la estadística muestra alta incidencia de discusiones, peleas, y suicidios. Lo mejor que el mundo puede ofrecer es una felicidad superficial y pasajera basada en unos días festivos para regalos y comidas en un ambiente cargado con música y luces.
    Quizás lo más ridículo es la gran cantidad de personas que ni siquiera profesan ser cristianas, en todo el mundo, que celebran la fiesta navideña aunque no creen en el Señor Jesucristo, no le aman, no entienden ni les importa Su muerte, ni desean que Él gobierne sus vidas, ni mucho menos que venga a reinar sobre todo el mundo, ni mucho menos sobre su vida personal. Su nombre y nacimiento son pretextos para festejarse egoístamente.

La Razón de la Encarnación
 
   
Muchos no saben por qué Jesucristo vino. La idea no era traer regalos ni comidas ni días de vacaciones. 1 Timoteo 1:15 declara que “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”. Su venida era una misión divina de rescate. John 3:16-17 declara: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”.
    La principal razón por la que se encarnó era hacer posible nuestra salvación. Para eso, Dios encarnado fue al Calvario y llevó “nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero” (1 Pedro 2:24). Setecientos años antes el profeta Isaías habló de la muerte de Cristo por nosotros, y la describió en el capítulo 53 de su libro. Conviene leer ese capítulo para entender el porqué de la venida de Cristo. Ese propósito se expresa en Hebreos 10:5, que habla de Jesucristo: “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo”. El versículo 10 indica que el propósito era sacrificarse en la cruz: “...la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”. El versículo 12 comenta la eficacia de esa ofrenda: “Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”.  Es ese sacrificio lo que el Señor nos manda recordar, y nada tiene que ver con lo que el mundo celebra en diciembre y enero. En 1 Corintios 11:26 el apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, escribe y manda: “Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga”. En la Biblia los creyentes no celebran el nacimiento del Señor, sino Su muerte y resurrección. Las fiestas paganas nada tienen que ver con la fe cristiana.

25 de diciembre, fum fum fum

NAVIDAD
 
El 25 de diciembre es el día señalado en nuestro calendario como el día del nacimiento de Jesucristo, ¿Pero es verdaderamente el día en que nació Jesucristo? ¿Son las costumbres de estas fechas de origen cristiano, o son las navidades el resultado de la unión entre el paganismo y la cristiandad?
    Como hemos de ver, ¡el 25 de diciembre no es la fecha en que Jesucristo nació! Por ejemplo, es evidente que nuestro Salvador no nació durante el invierno, pues cuando Él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. “Y había pastores en la misma tierra que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado” (S. Lucas 2:8). Como es conocido, los pastores en Israel no hacen esto durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas a los rediles antes del 15 de octubre.
    Con esto está claro que Jesucristo no nació en invierno. Si no nació en diciembre, ¿cómo llegó el 25 de diciembre a ser el día que la cristiandad celebra como el día de Su nacimiento? La historia nos da la respuesta. ¡En vez de ser este día el nacimiento de nuestro Salvador, este era el día en que los paganos, durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de su dios solar! Un estudio de esto demuestra cuánto se rebajaron los responsables de la Iglesia Católica Romana en sus esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo, hasta el punto de poner el nacimiento de Jesucristo en una fecha que armonizaba con la celebración pagana del nacimiento del dios sol.
    Amigo, si tú celebras en estos días la Navidad como algo cristiano, ¡estás equivocado! Pero lo peor es que el sentido de la verdadera Navidad tampoco está presente en estos días. Son fechas para la reconciliación momentánea, para organizar la gran comilona familiar. Comer, beber, reír y olvidar son los cuatro verbos presentes, y ¿qué de la verdadera Navidad? ¿Qué de ese Nacimiento que da vida?  El que nació vino para darnos vida, no para darnos una fiesta. Nació para morir, y nos ofrece perdón de pecados y vida eterna a través de Su muerte. Es el mejor regalo. No se caduca nunca, y es gratis. No hay que pagar nada, ni se puede ganar a cambio de obras de piedad o devoción. La gracia de Dios a ti es gratis, pero esto es porque el Señor Jesucristo pagó con Su vida en la cruz. Nació, murió, resucitó, ascendió y vive a la diestra del Padre. Sólo Él puede salvar  perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (Hebreos 7:25).
    Tú que celebras en estos días la Navidad
, reflexiona y considera que el nacimiento de Jesucristo fue con el propósito de darte Vida y reconciliarte perpetuamente con Dios. Fue necesario Su nacimiento pero mucho más Su muerte, ya que por ella puedes obtener la salvación eterna.


Asamblea Bíblica
C./Torreblanca, 6, detras de la muralla Macarena
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Reuniones: domingo: 11:00 y 12:00, jueves 20:00
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