Mostrando entradas con la etiqueta bendición. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta bendición. Mostrar todas las entradas

lunes, 13 de mayo de 2024

Sion No Es Un Invento Político

"Jehová fundó a Sion"

Isaías 14.32

 

 El monte del Templo, sin las mezquitas que hoy ocupan el espacio

 

"David tomó la fortaleza de Sion, la cual es la ciudad de David" (2 Samuel 5.7) 


"Entonces Salomón reunió ante sí en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus, y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para traer el arca del pacto de Jehová de la ciudad de David, la cual es Sion" (1 Reyes 8.1 R60)


"Porque saldrá de Jerusalén remanente, y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto" (2 R. 19.31)

"El que mora en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos. Luego hablará a ellos en su furor, y los turbará con su ira. Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte(Salmo 2.4-6)


"Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran Rey" (Salmo 48.2)


"Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén" (Salmo 51.18)


"... Escogió la tribu de Judá, el monte de Sion, al cual amó" (Salmo 78.68)


"Su cimiento está en el monte santo. Ama Jehová las puertas de Sion más que todas las moradas de Jacob.  Cosas gloriosas se han dicho de ti, Ciudad de Dios. Selah" (Salmo 87.1-3)

 

"Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos" (Salmo 110.1-2)

"Porque Jehová ha elegido a Sion; la quiso por habitación para sí. Éste es para siempre el lugar de mi reposo; aquí habitaré, porque la he querido... A sus enemigos vestiré de confusión, mas sobre él florecerá su corona" (Salmo 132.13-14,18


"Desde Sion sea bendecido Jehová, quien mora en Jerusalén. Aleluya" (Salmo 135.21)


"Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová" (Isaías 2.3)


1 Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.
 2 Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará.
 3 Y serás corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en la mano del Dios tuyo.
 4 Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzi-bá, y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y tu tierra será desposada.
 5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.
 6 Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis,
 7 ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, y la ponga por alabanza en la tierra.
 8 Juró Jehová por su mano derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es fruto de tu trabajo;
 9 sino que los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los atrios de mi santuario.
 10 Pasad, pasad por las puertas; barred el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos.
 11 He aquí que Jehová hizo oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él su obra.
 12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada. (Isaías 62.1-12)


 "Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel. Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y extraños no pasarán más por ella" (Joel 3.16-17)

 

"Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion. Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía a Jerusalén" (Zacarías 1.14-17)


"Así dice Jehová: Yo he restaurado a Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad" (Zacarías 8.3)


"Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.
Nuestros pies estuvieron dentro de tus puertas, oh Jerusalén. Jerusalén, que se ha edificado como una ciudad que está bien unida entre sí.

Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, conforme al testimonio dado a Israel, para alabar el nombre de Jehová.
Porque allá están las sillas del juicio, los tronos de la casa de David.
Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.
Sea la paz dentro de tus muros, y el descanso dentro de tus palacios.
Por amor de mis hermanos y mis compañeros diré yo: La paz sea contigo.

Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios buscaré tu bien. 

Salmo 122.1-9


sábado, 22 de febrero de 2020

El "Amén"

Ciertamente "amén" es una palabra bíblica, y como tal debe estar en el vocabulario de los creyentes. Pero, ¿qué significa y cómo debe usarse? Primero, no es propiedad de ciertas iglesias que siempre la gritan, ni es algo que decir cada dos por tres en las reuniones.
    Lastimosamente en algunas congregaciones las mujeres usan el “amén” para escaparse del mandato del Señor que las mujeres callen en la congregación (1 Co. 14:34), “porque no les es permitido hablar”. Por eso no se debe escuchar la voz de una mujer sola diciendo “Amén”, ni en voz baja, en las reuniones. Las hermanas pueden pensarlo y decirlo en su corazón sin salir del orden divino.
    En otras los que presiden la utilizan como animadores para evocar una respuesta vocal de los demás: “¿Amén hermanos?” y así animados, los oyentes responden “¡Amén!”. Otras personas la intercalan constantemente en sus conversaciones, diciendo “Amén” cada dos por tres. ¿Cuál es el significado y uso correcto?  Veamos, porque debemos hacer todo para la gloria de Dios.
    "Amén" significa literalmente “firme” o “fiel” y de ahí el sentido adquirido, al comienzo de un discurso: “cierto”, “verdad”, y al final: “así es” o “así sea”. El primer uso de “Amén” en la Biblia es asociado con una maldición. Ocurre en Números 5:22, como respuesta de la mujer acusada de infidelidad, cuando el sacerdote la juramenta (vv. 19-22) y anuncia la maldición de Dios sobre ella si ha sido infiel. “Y la mujer dirá: Amén, amén”.
    El siguiente uso está en Deuteronomio 27:15-26 donde Dios manda a Israel responder a cada una de las doce maldiciones pronunciadas sobre el monte Ebal. Doce veces leemos: “Y dirá todo el pueblo: Amén”.
    Aparece también en 1 Reyes 1:36; 1 Crónicas 16:36; Nehemías 5:13 y 8:6. En esta última cita Esdras bendijo a Dios en oración, y cuando terminó todo el pueblo dijo: “¡Amén! ¡Amén!”
    Después de esto aparece cuatro veces en los Salmos. Los Salmos están organizados en cinco “libros” o secciones, quizás correspondiendo a los cinco libros del Pentateuco:

    Libro 1: Salmos 1-41        “Amén y amén.” (41:13)
    Libro 2: Salmos 42-72        “Amén y Amén.” (72:19)
    Libro 3: Salmos 73-89        “Amén, y Amén.” (89:52)
    Libro 4: Salmos 90-106    “Amén”. “Aleluya” (106:48)
    Libro 5: Salmos107-150    termina solo con “Aleluya”

    En el resto del Antiguo Testamento solo se usa dos veces en el libro de Jeremías (11:5 y 28:6), y ninguna vez en los demás profetas.
    En el Nuevo Testamento la palabra griega amhvn aparece 127 veces. El Señor la utiliza mucho, primero en Mateo 5:18 donde es traducida “de cierto” para afirmar una declaración, como muchas otras veces en Sus enseñanzas (por ej.: “de cierto, de cierto” en Jn. 1:51; 3:3, 5, 11;  5:19, 24-25; 6:26, etc.). En Mateo 6:13 la usa al final del padrenuestro, para enseñarnos cómo terminar la oración.
    Fuera de este uso por el Señor, aparece al final de cada uno de los cuatro Evangelios (Mt. 28:20; Mr. 16:20; Lc. 24:53; Jn. 21:25). Es una afirmación de la veracidad de los Evangelios.
    De ahí pasamos a las epístolas y Apocalipsis. Diecinueve epístolas y el libro de Apocalipsis terminan con “Amén”, que es el mismo uso que al final de los cuatro Evangelios.
    Observa que no es una palabra que los creyentes van intercalando constantemente en su conversación, sino que se utiliza solo en ciertas ocasiones y con un propósito específico, no como coletilla. Es empleada después de bendecir a Dios o hablar de Sus atributos en Romanos 1:25; 9:5; 11:36; Gálatas 1:5; Filipenses 4:20; 1 Timoteo 1:17 y 6:16; 2 Timoteo 4:18; Hebreos 13:21; 1 Pedro 4:11 y 5:11 y Apocalipsis 1:6-7.
    1 Corintios 14:16 habla de decir “el Amén”, pero no en cualquier momento, sino cuando un hermano termina la oración de bendición o acción de gracias. Se dice como congregación, al final, no cada dos por tres, cuando entiende y está de acuerdo con lo que ha sido dicho en oración. Para esto, hay que prestar atención a las oraciones de los hermanos.
    Pablo la utiliza en su oración y deseo para los hermanos en Romanos 15:33, “Y el Dios de paz sea con todos vosotros. Amén”. También la usa en Romanos 16:24 de modo similar: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén”.
    En Apocalipsis 5:14 los cuatro seres vivientes dicen “Amén” respondiendo a la bendición del versículo 13. En Apocalipsis 7:11-12 los ángeles, ancianos, y cuatro seres vivientes se postran y dicen “Amén” dos veces, respondiendo a la adoración. En Apocalipsis 19:4 los ancianos y cuatro seres vivientes se postran y adoran a Dios diciendo “¡Amén! ¡Aleluya!”, parecido al Salmo 106:48.  En Apocalipsis 22:20 el apóstol Juan responde a las palabras del Señor: “Amén; sí, ven, Señor Jesús”.
    También la palabra “Amén” se usa para referirse al Señor Jesucristo. En Apocalipsis 3:14 Él es “el Amén, el testigo fiel y verdadero”, cuando se dirige a la iglesia en Laodicea. Él es firme, fiel y verdadero. Sostiene a los que confían en Él, y castiga a los que no. Dice 2 Corintios 1:20 que “todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén”, lo cual nos llena de consuelo, esperanza y ánimo. Nuestro Señor cumplirá todas las promesas de Dios. ¡Ninguna faltará! Así es el Amén, el Alfa y la Omega, el principio y el fin.
    Hermanos, no es malo decir “Amén” si uno la dice correctamente. Es como la ley, que Pablo dice:  “Sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente” (1 Ti. 1:8). De igual modo, la palabra “Amén” es buena si uno la usa correctamente. No debemos estar “améneando” constantemente ni usar la palabra para excitar o estimular el ambiente en la congregación. Para el uso cotidiano tenemos palabras como “vale”, “de acuerdo”, “es verdad”, “es cierto” y “bien”.
    En todo caso, sea nuestro hablar “sí, sí; y no, no” (Mt.  5:37). Cuidemos nuestra forma de hablar, porque de cada palabra ociosa daremos cuenta al Señor (Mt. 12:36-37). Santiago 3 nos recuerda la importancia de dominar la lengua. “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno” (Col. 4:6).
Carlos Tomás Knott
 
 
 

lunes, 26 de noviembre de 2018

Israel, Mi Amada


    Mi deleite está en ella – Hepsiba – es el nombre que el Señor dio a Su antiguo pueblo. Los dieciséis profetas reciben gozosos cientos de profecías de bendición para Israel. El Señor Jesús lloró sobre Jerusalén (no Tiro y Sidón) y quiso muchas veces juntarla como la gallina a sus polluelos. La Palabra de Dios nos instruye a orar por la paz de Jerusalén.
    Hoy en día algunos israelíes están muy dispuestos a sacrificarse por el proceso de la paz. En cambio, otros dan sus vidas en asesinatos suicidas a fin de hacer un sabotaje a esa misma paz.
    Nosotros anticipamos la venida de nuestro Señor, esperanzados por los eventos que ocurren en Israel. Nuestros intereses en el arrebatamiento se centran en el Señor, Sus recompensas, Su novia, y el día de la boda. Seguramente Sus pensamientos también están centrados en esto. Pero también Se preocupará intensamente por Su amado Israel. ¿Qué dicen las Escrituras acerca de los próximos siete años después del rapto?
    Los israelíes nacidos de nuevo, por supuesto, ascenderán en las nubes para encontrarse en el aire con el Señor. Desgraciadamente, es evidente que estos serán sólo una minoría pequeña de los 18.000.000 de judíos que viven hoy en día. Pronto la nación hará un pacto de siete años con el futuro dictador mundial, y comenzarán la construcción del templo. Hoy se rumorea que los planes y las preparaciones se están finalizando, lo cual quiere decir que muy pronto comenzará la construcción. Acto seguido se inaugurarán los sacrificios.
    Antes de que los ángeles de ira comiencen a derramar los juicios de la Tribulación, otros pondrán el nombre del Padre como sello sobre 144.000 varones jóvenes de Israel. Aunque nunca aceptarán el número 666 del hombre de pecado, sus vidas serán preservadas durante la Tribulación. El Cordero se regocijará con ellos en el Monte de Sión, cantando un cántico nuevo que nadie más puede aprender (Ap. 14:1-5).
    Estos varones jóvenes son vírgenes y no se halla en ellos ningún engaño. Están sin mancha delante de Dios. Son las primicias del periodo de la Tribulación y siguen al Cordero dondequiera que Él va. La novia también estará con el Cordero, de modo que estos jóvenes le serán a la novia como un compañero.
    Suponiendo que más o menos un 10% de los 9.000.000 de varones en Israel se pueden considerar “jóvenes”, la sexta parte de estos son los 144.000. A menos que nuestras esperanzas de la segunda venida del Señor estén muy equivocados, es probable que los 144.000 estén muy vivos hoy día. Están viviendo vidas puras, todavía no entregados a Cristo, pero listos para creer cuando el Espíritu obra en ellos. Es un grupo interesante.
    Su tarea después de ser sellados parece ser propagar el evangelio eterno. El fruto de este ministerio se puede ver en los muchos designados como ovejas a la mano derecha del Señor cuando Él se sienta para juzgar a los gentiles vivos. Pero antes que el Señor intervenga, muchos más creyentes nuevos serán matados, tanto judíos como gentiles.
    Cuando se abre el quinto sello, los israelíes creyentes que hayan sido matados durante los siete años se ven bajo el altar como mártires (Ap. 6). Muchos más sobrevivirán los terrores de la Tribulación y le verán al Señor cuando Él aparece. Ellos también creerán, con lagrimas de remordimiento por su rechazo nacional de su Rey. (Zac. 12:10). Muchas ovejas gentiles heredarán el reino que les fue preparado desde la eternidad (Mt. 25:34), pero Israel será la nación predominante en el Milenio. Los apóstoles reinarán sobre las tribus (Mt. 19:28), y rápidamente construirán el templo, como se describe en Ezequiel.   
    Días grandes para Israel y para la humanidad vienen pronto. Todavía más felices pueden ser todos aquellos Israelíes y todos los que aceptan a Cristo en la edad de la gracia. Así que, nunca dejemos de orar e interceder fervientemente en apollo de todos los que trabajan para llevarle la Luz a Hepsiba, la nación amada de Dios.
R.E. Harlow
traducido de la revista “Missions” por Josué Knott

lunes, 16 de julio de 2018

La Obediencia a Dios

¿Cuándo no hay que obedecer a Dios?  
Pregúntale al Señor Jesucristo.

Filipenses 2:7-8  "tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz".

Juan 8:29  "yo hago siempre lo que le agrada"
 

C. H. Mackintosh escribe:

"Debemos obedecer la Palabra de Dios simplemente porque es su Palabra. Dudar de ella, pese a saber que es el medio por el cual Dios nos habla, es lo mismo que blasfemar su nombre. Nosotros somos criaturas de su mano y él es el Creador. ¿Quién, mejor que él, tiene derecho a demandar obediencia"? El escéptico puede decir, si quiere, que prestamos una obediencia ciega cuando no dudamos ni preguntamos, pero nosotros llamamos a eso obediencia inteligente, por cuanto se funda en un conocimiento seguro de que es la Palabra de Dios. Si no tuviéramos esa Palabra, andaríamos en medio de la oscuridad más densa, porque no hay ningún rayo de luz en nuestro corazón ni en el mundo que nos rodea que no emane directamente de esa Palabra pura y eterna. Lo más importante es preguntarnos: ¿Ha hablado Dios? Entonces la obediencia sin reservas se convierte en el acto de la más elevada categoría de que sea capaz la inteligencia, pues cuando el alma percibe que está en contacto con Dios no puede reconocer autorídad más elevada".
...
"Como hemos visto, la bendición de Dios acompaña a todo acto de obediencia. Por otra parte, vemos cómo el alma que vacila en su lealtad a Dios le da ventaja a su enemigo, quien la usará seguramente para hacer que el alma se separe cada vez más de Dios".

miércoles, 18 de octubre de 2017

Cristianos Sin Propósitos

     En Rut 1:1 Elimelec respondió a las circunstancias difíciles abandonando la tierra que Dios le había dado, y yendo a la tierra pagana de Moab, sólo porque ahí estaría más cómodo. Su decisión y hecho ilustran a las personas que no viven por fe. Su vida es una serie de reacciones cómodas y tal vez "lógicas" o convenientes a sus circunstancias, pero carecen de la guía del Señor.

     En su libro Fe Auténtica A. W. Tozer escribió:
De la misma manera que un bebé no tiene propósito, veo que el cristiano inmaduro tampoco lo tiene. Vive para la siguiente lección. Quiere saber dónde estará el buen predicador, y va a escucharle. Quiere enterarse de dónde cantará ese coro tan estupendo, y va, se sienta y  halaga su inmadurez escuchando a los mejores cantantes que encuentre. O bien quiere saber dónde se reúne el mayor número de personas y la multitud le carga las baterías. Aquí no hay propósito alguno; nunca entró y cayó de rodillas para decir: 'Dios, ¿para qué he nacido y por qué he sido redimido? ¿Qué sentido tiene todo?' Su vida carece totalmente de propósito."

    Dios podía haber guiado y bendecido a Elimelec como seguramente quería hacer.  Salmo 25:12-13 declara; "¿Quién es el hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de escoger. Gozará él de bienestar". Pero Elimelec no se dejó enseñar y en lugar de bendición halló muerte. Muchos todavía tienen que aprender como élo, por la dura experiencia de pérdidas y lágrimas, la verdad de Jeremías 10:23 dice: "Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos". Hermanos, Santiago 1:5 todavía está en el Libro. "Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios". Pero no le vemos a Elimelec orando y pidiendo el consejo y la guía de Dios. Santiago 4:15 nos enseña cómo debemos proceder: "...deberíais decir, si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello".

jueves, 25 de mayo de 2017

DIOS ABORRECE

por A. W. Tozer

    Es un pecado cuando los hijos de Dios no aborrecen lo que deben. Nuestro Señor Jesucristo amaba la justicia, pero aborrecía la iniquidad. Podemos decir que Él odiaba el pecado y la maldad perfectamente.
    Si somos cristianos comprometidos, consagrados, verdaderos discípulos del Cristo crucificado y resucitado, hay algunas cosas que debemos afrontar.

    No podemos amar la honestidad sin aborrecer la deshonestidad.
    No podemos amar la pureza sin aborrecer la impureza.
    No podemos amar la verdad sin aborrecer la mentira y el engaño.

    Si somos de Cristo Jesús, debemos aborrecer el mal en todas sus formas como Él hacía. Su habilidad de aborrecer lo que está contra Dios y amar lo que Dios ama le constituyó digno de recibir la unción de alegría (Sal. 45:7). Pero nuestra imperfección amando lo bueno y aborreciendo lo malo nos impide recibir la bendición de Dios.