¿Quién de los teólogos principales de la iglesia en generaciones pasadas enseñó que el creyente está libre de la ley de Moisés? Es sorprendente descubrir que uno de los arquitectos principales de la teología de la reforma, Martín Lutero (1483-1551), mantuvo y enseñó esa posición. Martín Lutero, en su comentario sobre la epístola de Pablo a los Gálatas, escribió:
“Y aquí Pablo habla no solo de la ley ceremonial, sino de toda la ley, sea ceremonial o moral, que para el cristiano ha sido totalmente abrogada, porque él está muerto a la ley. No que la ley haya sido quitada totalmente; no, ella sigue, vive y reina todavía en los malos. Pero el hombre piadoso está muerto a la ley, como está muerto al pecado, el diablo, la muerte y el infierno; cosas que sin embargo todavía existen, y el mundo y todos los malos morarán en ellos. Por lo tanto, donde el papista entiende que sólo la ley ceremonial ha sido abolida, debes entender que Pablo y todo cristiano está muerto a la ley, y sin embargo toda la ley permanece. Por ejemplo, Cristo al resucitar de la muerte está libre del sepulcro, y sin embargo el sepulcro permanece. Por lo tanto estas palabras: ‘soy muerto a la ley’ son muy eficaces. Porque no dice: ‘soy libre de la ley por un tiempo’, ni ‘soy señor sobre la ley’, sino simplemente: ‘soy muerto a la ley’, esto es, nada tengo que ver con la ley... Ahora bien, morir a la ley significa ya no tener obligación a guardarla, sino estar libre de la ley y no conocerla. Por eso, el que quiera vivir para Dios, que se esfuerce para ser hallado sin la ley, y que salga del sepulcro con Cristo”
“Y aquí Pablo habla no solo de la ley ceremonial, sino de toda la ley, sea ceremonial o moral, que para el cristiano ha sido totalmente abrogada, porque él está muerto a la ley. No que la ley haya sido quitada totalmente; no, ella sigue, vive y reina todavía en los malos. Pero el hombre piadoso está muerto a la ley, como está muerto al pecado, el diablo, la muerte y el infierno; cosas que sin embargo todavía existen, y el mundo y todos los malos morarán en ellos. Por lo tanto, donde el papista entiende que sólo la ley ceremonial ha sido abolida, debes entender que Pablo y todo cristiano está muerto a la ley, y sin embargo toda la ley permanece. Por ejemplo, Cristo al resucitar de la muerte está libre del sepulcro, y sin embargo el sepulcro permanece. Por lo tanto estas palabras: ‘soy muerto a la ley’ son muy eficaces. Porque no dice: ‘soy libre de la ley por un tiempo’, ni ‘soy señor sobre la ley’, sino simplemente: ‘soy muerto a la ley’, esto es, nada tengo que ver con la ley... Ahora bien, morir a la ley significa ya no tener obligación a guardarla, sino estar libre de la ley y no conocerla. Por eso, el que quiera vivir para Dios, que se esfuerce para ser hallado sin la ley, y que salga del sepulcro con Cristo”
En esta cita el reformador intrépido hace varios puntos que van en contra de la teología reformada moderna, pero para sorpresa de algunos están de acuerdo en el dispensacionalismo. Primero, dice que la ley de Moisés no puede ser dividida en secciones, algunas de las cuales son para el creyente y otras que fueron eliminadas por la muerte de Cristo. Escribe: “Pablo habla no solo de la ley ceremonial, sino de toda la ley...” Segundo, avanza la idea de que la ley ya no tiene poder sobre el cristiano, ni siquiera como norma de vida, porque el cristiano está en Cristo, y por lo tanto, muerto a la ley. Lutero escribe: “toda la ley, ya sea ceremonial o moral, para el cristiano ha sido abrogada, porque él ha muerto a ella. No que la ley haya sido quitada; al contrario, permanece, vive y reina todavía en los malos. Pero el hombre piadoso está muerto a la ley, como está muerto al pecado, el diablo, la muerte y el infierno...” Lutero apela a Romanos 6 y 7 para apoyar su posición respecto al cristiano y la ley. Razona que su posición es contextual, apoyada por buena teología, y está en oposición al catolicismo (“Papista”). Si los líderes calvinistas persisten en su opinión de los dispensacionalistas como antinomios, también deben tachar de antinomio al gran líder de la Reforma: Martín Lutero.
del libro LIMITANDO LA OMNIPOTENCIA, por David Dunlap,
próximamente disponible, d.v.
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