"Homosexual" es un término correcto y preciso, compuesto del griego "homo" (mismo) y del latín "sexus" (sexo). Un diccionario etimológico indica que la palabra designa a toda persona que se inclina a la relación sexual con personas de igual sexo, de su mismo sexo.
En la Biblia el término correcto y de arraigo histórico es "sodomita". Se refiere a las prácticas sexuales hechas famosas en la cuidad de Sodoma. por las que Dios la destruyó a ella y las ciudades vecinas. Hoy muchos rehusan utilizar esos términos de siempre, y se han inventado "gay" que es una palabra arcaica anglófona que significa "feliz", y ahora se estila el acrónimo LGBT (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transsexual) para incluir todo un amplio abanico de pecados sexuales. Pero se trata de homosexuales y sodomitas.
El uso del arco iris no les protegerá de la ira y el juicio de Dios |
El "Papa" Francisco se ha manifestado en contra de Dios y Su Palabra, al decir cosas como "Dios te ama así como eres", dando a entender que a Dios le da igual la homosexualidad. La verdad es todo lo contrario. Dios publicó Su oposición a toda homosexualidad repetidas veces en la Biblia, comenzando con la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19). El apóstol San Pedro, al cual los católico romanos consideran su primer Papa, habló de la historicidad y el significado de ese juicio divino en su segunda epístola. "...condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente" (2 Pedro 2:6). ¿No hablaba Pedro "ex-cáthedra" al escribir así inspirado por el Espíritu Santo y pronunciando doctrinalmente sobre asuntos de fe y moral? Entonces, el "Papa" no es portavoz de Dios, ni fue preservado de error, ni es infalible, sino que está en grave error. No se le puede aplicar la palabra "apostólico", porque contradice las Sagradas Escrituras y también al mismo apóstol San Pedro.
También contradice al apóstol San Pablo, que inspirado por el Espíritu Santo escribió en la epístola a los Romanos (siendo Roma otra sociedad sexualmente permisiva y perversa), que esas prácticas y muchas otras son pecados de la raza arruinada y condenada -- la raza humana. Invitamos a todo lector a leer bien y familiarizarse con la historia de la corrupción y perdición de la humanidad. Está en Romanos 1:22-32 donde la Palabra de Dios declara:
22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. 24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. 26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. 28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
Observa en medio de esta historia de rebeldía, necedad e impiedad, que los versos 26 y 27 del texto sagrado se refieren a los homosexuales, y llama sus hechos "pasiones vergonzosas", "contra naturaleza", "dejando el uso natural", "lascivia", "hechos vergonzosos hombres con hombres", y "extravío". No hay forma de sacar de estos versos que a Dios no le importa la homosexualidad ni que acepte a los homosexuales tal como están. No son cuestiones de gustos, sino de necedad (v. 22), de "inmundicia" (v. 24) y de "extravió" (v. 27). La única esperanza para cualquier pecador, sea cual sea su pecado, es el evangelio del Señor Jesucristo. Romanos 1:16 dice que el evangelio es el poder de Dios para salvación a todo el que cree. Nada consigue el mundo consintiendo, legalizando y aceptando la homosexualidad, pues todavía está en la lista de pecados condenados en Romanos 1, y ésa es la posición de Dios el Juez. Quien emite el juicio es el cielo, no los hombres, y no está sujeto a diálogo, referendum u otras cosas. Los homosexuales hablan mucho y agresivamente de sus "derechos" pero también atacan cada vez más nuestros derechos y la libertad que tenemos de creer a Dios y aceptar lo que las Sagradas Escrituras enseñan.
Considera los comentarios de William MacDonald en su Comentario Bíblico, sobre la homosexualidad.
"En el Antiguo Testamento (Gn. 19:1–26; Lv. 18:22; 20:13) como el Nuevo Testamento (Ro. 1:18–32; 1 Co. 6:9; 1 Ti. 1:10), Dios condena el pecado de la homosexualidad. Demostró su ira contra el pecado al destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra. Bajo la ley de Moisés, el castigo por la sodomía era la muerte. Ninguno que practica la homosexualidad heredará el reino de Dios.
Los homosexuales pagan un alto precio por su estilo inmoral de vida. Pablo dice que reciben: «en sí mismos la retribución debida a su extravío» (Ro. 1:27b). Esto incluye enfermedades venéreas, pneumocistis, sarcoma de Kaposi (una forma de cáncer) y SIDA. Además incluye un sentimiento obsesivo de culpabilidad, desórdenes mentales y emocionales y cambios anormales de personalidad.
Como cualquier otro pecador, el homosexual o la lesbiana puede ser salvo si se arrepiente de su pecado y recibe al Señor Jesucristo como su Salvador personal. Dios ama al homosexual y a la lesbiana aunque odia su pecado...
...Algunos culpan a Dios de que han nacido con esta tendencia, pero la culpa no es de Dios, sino del pecado del hombre. Cada hijo caído de Adán tiene tendencias malévolas. Los hay que tienen una debilidad en un área, otros en otra. El pecado no es el ser tentado, sino el rendirse a la tentación.
Hay liberación de la homosexualidad o el lesbianismo así como lo hay de cualquier otra concupiscencia..."
Los homosexuales pagan un alto precio por su estilo inmoral de vida. Pablo dice que reciben: «en sí mismos la retribución debida a su extravío» (Ro. 1:27b). Esto incluye enfermedades venéreas, pneumocistis, sarcoma de Kaposi (una forma de cáncer) y SIDA. Además incluye un sentimiento obsesivo de culpabilidad, desórdenes mentales y emocionales y cambios anormales de personalidad.
Como cualquier otro pecador, el homosexual o la lesbiana puede ser salvo si se arrepiente de su pecado y recibe al Señor Jesucristo como su Salvador personal. Dios ama al homosexual y a la lesbiana aunque odia su pecado...
...Algunos culpan a Dios de que han nacido con esta tendencia, pero la culpa no es de Dios, sino del pecado del hombre. Cada hijo caído de Adán tiene tendencias malévolas. Los hay que tienen una debilidad en un área, otros en otra. El pecado no es el ser tentado, sino el rendirse a la tentación.
Hay liberación de la homosexualidad o el lesbianismo así como lo hay de cualquier otra concupiscencia..."
Comentario Bíblico, sobre Génesis 18
Ten por cierto que no predicamos el odio, ni mucho menos, porque Dios ama a todo pecador y quiere su salvación. Por eso Él nos declara qué es pecado, cuál es el resultante castigo, e invita a todos a arrepentirse y creer en el evangelio. Ésta es la posición bíblica de todo verdadero cristiano. Es un mensaje de amor, no de odio. Dios sí aborrece la maldad (Salmo 45:7), pero ama a todo ser humano y ha provisto para su salvación. ¡Le costó caro! Entregó a Su propio Hijo unigénito; no lo escatimó sino que lo entregó por todos nosotros. Jesucristo murió como nuestro Sustituto en la cruz, castigado por Dios por los pecados nuestros, para que al confiar en Él, seamos perdonados y renacidos.
El apóstol Pedro también declara que Dios "es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9). Dios no acepta a los seres humanos tal como son, sino que los llama al arrepentimiento para que puedan ser salvos. Dios es paciente, pero el siguiente verso advierte que el tiempo de Su paciencia se acabará: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas" (2 Pedro 3:10). Si preguntáramos a los de Sodoma y Gomorra si eso de ser quemado debe tomarse literalmente, responderían a gritos: "¡Sí!".
El reino de Dios no será poblado por pecadores de ninguna clase, y eso incluye a los homosexuales. El apóstol Pablo escribe a los de Corinto: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Corintios 6:9-10).
El apóstol Pedro también declara que Dios "es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Pedro 3:9). Dios no acepta a los seres humanos tal como son, sino que los llama al arrepentimiento para que puedan ser salvos. Dios es paciente, pero el siguiente verso advierte que el tiempo de Su paciencia se acabará: "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas" (2 Pedro 3:10). Si preguntáramos a los de Sodoma y Gomorra si eso de ser quemado debe tomarse literalmente, responderían a gritos: "¡Sí!".
El reino de Dios no será poblado por pecadores de ninguna clase, y eso incluye a los homosexuales. El apóstol Pablo escribe a los de Corinto: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios" (1 Corintios 6:9-10).
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