viernes, 30 de junio de 2017

5 MARCAS DEL ARREPENTIMIENTO

La falta de énfasis en el arrepentimiento ha conseguido llenar las iglesias evangélicas de rebeldes religiosos que nunca han conocido su propio pecado, ni se han sometido al Señor Jesucristo. De ahí que hay tanta desobediencia a la Palabra de Dios de parte de los que profesan ser "cristianos".  
Considera lo que escribió J.C. Ryle al respecto:
 
1. El verdadero arrepentimiento comienza con un conocimiento del pecado.
Verdadero arrepentimiento comienza con un conocimiento y reconocimiento del pecado. Los ojos de la persona arrepentida son abiertos. Ven con espanto y confusión lo largo y ancho de la santa ley de Dios, y la extensión, la enorme extensión, de sus propias transgresiones. Descubre, para su sorpresa, de que al creer de si mismo como una "especie de buena persona", y una persona con un "buen corazón", se dan cuenta que han estado debajo de un enorme engaño. Se dan cuenta que, en realidad, son malvados, y culpables, y corruptos, y perversos en los ojos de Dios. Su orgullo es derrumbado. Sus elevados pensamientos se esfuman. Se da cuenta de cuan enorme pecador es. Este es el primer paso del verdadero arrepentimiento.

2. El arrepentimiento verdadero produce dolor por el pecado.
El verdadero arrepentimiento obra dolor por el pecado. El corazón de una persona arrepentida es tocado con un profundo remordimiento por sus transgresiones pasadas. Se enfurecen al pensar que han vivido con tanta locura y maldad. Se lamentan por la pérdida de tiempo, por los talentos que desperdician, por haber deshonrado a Dios, por haber herido su propia alma. El recuerdo de estas cosas es doloroso para ellos. La carga de estas cosas es a veces casi insoportable. Cuando una persona se lamenta de esta manera, usted tiene el segundo paso en el verdadero arrepentimiento.

3. El arrepentimiento verdadero produce confesión del pecado.
El verdadero arrepentimiento procede a producir la confesión del pecado. La lengua de una persona arrepentida se ha desatado. Ellos sienten que deben hablar con ese Dios contra quien han pecado. Algo dentro de ellos les dice que deben clamar a Dios y orar a Dios y hablar con Dios, sobre el estado de su propia alma. Ellos necesitan derramar su corazón, y reconocen sus iniquidades, ante el trono de gracia. Ellos sienten una carga muy pesada en su interior, que ya no pueden guardar en silencio. Nada pueden retener. Nada pueden ocultar. Se presentan delante de Dios, pidiendo nada para si mismos, y están dispuestos a clamar "¡He pecado contra el cielo y ante ti, mi maldad es grande. Dios se propicio a mi pecador!" Cuando una persona va de esta manera ante Dios en confesión, aquí tienen el tercer paso del verdadero arrepentimiento. 

4. El arrepentimiento verdadero produce una ruptura del pecado.
El verdadero arrepentimiento se manifiesta en una ruptura del pecado muy a fondo. La vida de una persona arrepentida es alterada. El curso de su conducta diaria es cambiada por completo. Un nuevo Rey reina en su corazón. Habiendo despojado al viejo hombre. Lo que Dios manda es lo que ahora desea practicar, y lo que Dios prohíbe es lo que ahora desea evitar. Se esfuerza en todas las formas de mantenerse alejado del pecado, de luchar contra el pecado, de hacer guerra contra el pecado, para obtener la victoria sobre el pecado. Deja de hacer el mal. Aprende a hacer bien. Se desprende bruscamente de sus malas costumbres y de las malas compañías. trabaja, aunque sea débilmente, en vivir una nueva vida. Cuando una persona hace esto, usted tiene el cuarto paso en el verdadero arrepentimiento.

5. El arrepentimiento verdadero produce un profundo odio al pecado.
El verdadero arrepentimiento se manifiesta al producir en el corazón un hábito arraigado por un profundo odio hacia el pecado. La mente de una persona arrepentida se vuelve en una mente habitualmente santa. Aborrecen lo que es malo, y se adhieren a lo que es bueno. Se deleitan en la ley de Dios. Son destituidos de sus propios deseos no pocas veces. Ellos encuentran dentro de sí mismos un principio perverso que se rebela contra el espíritu de Dios. Se encuentran fríos cuando deberían estar caliente; atrasados cuando deberían estar adelantados; oprimidos cuando deberían estar animados al servicio de Dios. Están profundamente conscientes de sus propias flaquezas. Gimen bajo un sentido de corrupción interna. Pero aún así, con todo esto, la tendencia general de su corazón es para con Dios, y apartado del mal. Pueden decir con David: "Por tanto, estimo rectos todos tus preceptos acerca de todas las cosas, Y aborrezco todo camino de mentira" (Sal. 119:128). Cuando una persona puede decir esto, usted tiene el quinto, o el paso de coronación, del verdadero arrepentimiento.

Resumen
El verdadero arrepentimiento nunca llega solo en el corazón de la persona. Siempre viene con un compañero - un bendito compañero. Siempre viene acompañado de una fe viva en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Dondequiera que hay fe, hay arrepentimiento, dondequiera que hay arrepentimiento siempre hay fe. Yo no decido qué es lo primero- si el arrepentimiento viene antes de la fe, o la fe antes de arrepentimiento. Pero me atrevo a decir que las dos gracias nunca se encuentran separadas, una de la otra. Así como no se puede tener el sol sin luz, o hielo sin frío, o fuego sin calor , o agua y sin humedad - usted nunca encontrará la verdadera fe sin verdadero arrepentimiento, y usted nunca encontrará el verdadero arrepentimiento y sin una fe viva. Las dos cosas siempre van lado a lado.

~ J.C. Ryle

  Traducción: Ruben Rodriguez Valencia
del blog "Gracia y Conocimiento"

No hay comentarios: