martes, 30 de noviembre de 2021

NOÉ Y LOS ÚLTIMOS DÍAS

A través de este enlace pueden ver en Youtube esa película en español:

https://www.youtube.com/watch?v=PrpqlJz7nsg

 Son casi increíbles las respuestas y la ignorancia de las personas entrevistadas. En verdad estamos en los postreros días.


LOS DÍAS DE NOÉ

 

Jesucristo habló de Noé, sus tiempos y un gran diluvio. Lo trató como algo histórico y literal. Sabemos que no es un cuento, ni una parábola, ni una alegoría, sino un relato verídico de algo terrible que pasó en la historia. Merece la pena leerlo. Génesis 5:29 al 8:22 da la historia de Noé, hombre piadoso (no un actor de Hollywood), y del diluvio universal que Dios envió en juicio sobre la desenfrenada maldad en el mundo entero.  
    Lo de Noé y el diluvio no es una leyenda. No fue un mero desastre ecológico, sino un juicio de Dios sobre un mundo impío – como el nuestro. Advierte del gran juicio que sacudirá al mundo entero antes de la segunda venida de Cristo. Juzgará al mundo con justicia, y no tendrá por inocente al culpable. Se repite la historia de la desobediencia de los seres humanos y el juicio de Dios. A continuación presentamos dos textos donde Jesucristo habló de Noé y el diluvió que “destruyó a todos”.

Evangelio según S. Mateo 24:37-39
37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.

Evangelio según S. Lucas 17:26-27
26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.

    También lo mencionó el apóstol Pedro como algo histórico y literal.  Algunos le tienen por su primer Papa, pero no hacen caso de lo que escribió bajo inspiración del Espíritu Santo (ex-catedra).

1ª Epístola de S. Pedro 3:20
20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.

Déjà Vu

    Génesis 6:5 dice: “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. Más adelante, el versículo 12 relata que “miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”.
    Cuando la desobediencia y la maldad llegan a esos niveles de desenfreno y se extienden por todo el mundo, hasta tal punto que los gobiernos legalizan el pecado y la gente pierde la vergüenza y el temor de Dios, son otra vez los días de Noé.  De eso habló Jesucristo, de la vuelta de “los días de Noé”. Amigo, lee otra vez los textos citados de las Sagradas Escrituras. Vivimos en tiempos como aquellos.
    Dios prometió no juzgar el mundo por agua otra vez, es decir, por otro diluvio universal. Pero no prometió no juzgar al mundo. Eso sí lo hará y bien pronto. El tiempo se acaba. La fecha del juicio divino se avecina. Dios intervendrá en la historia otra vez para juzgar la maldad desenfrenada, la desobediencia y la impiedad que abundan. Cuando venga Jesucristo por segunda vez, no será en forma de bebé, ni manso y humilde, sino como Rey con gran poder y gloria. Lee en S. Mateo capítulo 24, y en el libro de Apocalipsis, capítulo 19, y lo verás. Prepárate amigo, créelo, tómalo muy en serio, reacciona, porque el juicio viene, como vino en los días de Noé.
    El apóstol S. Pablo también advirtió acerca de la próxima venida de Jesucristo para juzgar al mundo, no con agua, sino con fuego. ¡Habrá terribles juicios! En la 2ª Epístola a los Tesalonicenses, 1:7-10 dice:

 7 cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
 9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
 10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron.

    Como Noé en su día, nosotros anunciamos el juicio venidero y predicamos el perdón de pecados y la salvación, gratuitamente, por la gracia de Dios, sin obras, por la fe en el Señor Jesucristo. Tal vez digas que somos unos aprovechados, pero no es así. Los aprovechados son los de Hollywood que toman como cuento y representan incorrectamente ese tema bíblico tan solemne, para divertir a la gente y forrarse con dinero. Ríete si quieres, pero mira alrededor y acuérdate de esto: Han llegado otra vez los días de Noé, ¡y el juicio viene ya! Si no te arrepientes y confías en el Señor Jesucristo, perecerás como los que perecieron en los días de Noé. Cristo dijo: “vino el diluvio y los destruyó a todos”.
    Noé creyó a Dios, con los de su casa, y fueron salvas esas ocho personas. Todo el resto del mundo pereció. La mayoría no lleva la razón. La muchedumbre no le impresiona a Dios. El Creador y Juez del mundo “ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos de los Apóstoles 17:30-31).
    Aquel varón que designó es el Señor Jesucristo, que murió por tus pecados, pero resucitó, y viene otra vez. Arrepiéntete de tus pecados de hechos y de omisión, de pecados de actitudes, palabras, pensamientos, deseos, y clama a Jesucristo el Señor, el Cordero de Dios, para que te perdone y te dé vida nueva. Sólo Él puede perdonar tus pecados. Sólo Él puede salvarte y darte vida eterna. Hoy todavía estás a tiempo.
    Pero pronto se abrirán los cielos y comenzarán los grandes juicios de Dios, y será demasiado tarde para ti. No tardes más. No te quedes pensándolo. Arrepiéntete y cree el evangelio. Jesucristo murió por tus pecados, fue sepultado, resucitó el tercer día conforme a las Escrituras, y fue visto por testigos. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). ¡Cristo es “nuestro Señor de Perpetuo Socorro”!

Él venció la muerte, vive para siempre, y sólo Él puede interceder por ti y perdonarte. Su promesa a los arrepentidos es: “...al que a mí viene, no le echo fuera” (S. Juan 6:37). Los que no entraron en el arca no fueron salvos del juicio divino — el diluvio. Amigo, se repite la historia. Nos han alcanzado los días de Noé y el mundo está lleno de terrible impiedad. Pero viene el Señor Jesucristo “en llama de fuego, para dar retribución” – gran juicio sobre este mundo. Te ponemos en sobreaviso: los que no vienen a Jesucristo, es decir, no reconocen su pecado, no se arrepientan ni confían en Él, perecerán. No seas uno de ellos.
 

Nuestra vida acabará, cual la hoja caerá,
Cual el haz se ligará; ¡Busca a Dios!
Vuela cada día veloz, y volando da su voz:
“Ven a dar tu cuenta a Dios”, ¡Busca a Dios!
Busca a Dios, busca a Dios;
Entretanto tengas tiempo, ¡Busca a Dios!
Si te atreves a esperar, Dios la puerta cerrará;
Te dirá: “Es tarde ya”, ¡Busca a Dios!



¿EVOLUCIÓN O LA PALABRA DE DIOS?

 Dave Hunt

                                                                           

Muchos de los no-católicos se sorprendieron cuando el Papa Juan Pablo II escribió a favor de la evolución en un documento vaticano para la Academia Pontifical de Ciencias, el 23 de octubre de 1996. Pero en realidad, él solamente recalcaba la posición oficial del catolicismo. Considera los siguientes extractos:

 

“En su encíclica Humani generis (1950), mi predecesor Pío XII ya había dicho que no había oposición entre la evolución y la doctrina de la fe acerca del hombre... Pío XII enfatizó este punto esencial: que si el cuerpo humano toma su origen de materia viva preexistente, el alma espiritual es creada inmediatamente por Dios...el exegeta y el teólogo deben mantenerse informados acerca de... las ciencias naturales... la verdad no puede contradecirse...”.

“La teoría de la evolución... ha sido aceptada progresivamente por los investigadores, después de una serie de descubrimientos en los diferentes campos de conocimiento. La convergencia... de los resultados de trabajos que fueron llevados a cabo independientemente es en sí un argumento significativo a favor de esa teoría”. 1

            Sin lugar a dudas, el fiasco vergonzoso del juicio de Galileo estaba en la mente del Papa cuando él avisó a los teólogos de la Iglesia a “mantenerse informados acerca de... las ciencias naturales...”. El Papa Urbano VIII amenazó a Galileo, ya viejo y enfermo, con tortura si no renunciaba a su afirmación de que la tierra se movía alrededor del sol. De rodillas ante el Santo Oficio Romano de la Inquisición, y temiendo por su vida, Galileo se retractó de esa “herejía”, pero no en su corazón. El dogma oficial de la Iglesia Católica Romana decía que el sol y todos los cuerpos celestiales se movían alrededor de la tierra, y fue afirmado repetidamente por varios Papas “infalibles” hasta el año 1992, cuando el Vaticano por fin admitió oficialmente que Galileo tenía razón.

                    Así que, para que la ciencia no siguiera haciendo necios a la jerarquía “infalible” de la Iglesia, el Papa ahora aconseja a los teólogos católicos a consultar con los científicos antes de interpretar las Escrituras. Pero San Pedro, quien los católicos alegan que fue el primer Papa, declaró que las Escrituras son inspiradas por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:21). ¡Seguro que el Espíritu Santo no necesita ayuda de “científicos”! Si la Biblia no es infalible cuando habla acerca de ciencia, entonces, ¿por qué confiar en ella cuando habla de Dios o la salvación? Eduardo Daschbach, un sacerdote católico, explica que si tomamos la Biblia literalmente, ¡esto requeriría que la mujer encima de la bestia en Apocalipsis 17 fuera la Iglesia Católica Romana! Él escribe:

“La Iglesia, entonces, no acepta...la interpretación literal de los primeros capítulos del libro de Génesis... Cuando los partidarios de la ciencia creacionista aplican sus herramientas fundamentalistas a este último libro de la Biblia (Apocalipsis), la Iglesia a menudo viene a ser objeto de ataques sin misericordia...” 2

            Los evangélicos como Charles Colson que han unido sus fuerzas con las de Roma, dicen que el catolicismo está de acuerdo con ellos y que afirman los dos que la Biblia es inerrante. Al contrario, un documento explica que según el Concilio Vaticano II: “la Biblia está libre de error en lo que pertenezca a la religión, lo que fue revelado para nuestra salvación. No es necesariamente libre de error en otros temas (por ejemplo, la ciencia natural)” [énfasis en el original].3

            Esto no es nada para tomar a la ligera. Si el relato de Génesis acerca de la creación no es digno de confianza, entonces tampoco lo es el resto de la Biblia, que descansa sobre Génesis, y Jesucristo resulta no ser Dios, sino un mero hombre que neciamente tomaba la historia de Adán y Eva literalmente (S. Mateo 19:4-5), y entonces no puede ser nuestro Salvador. El periódico El Ateo Americano conoce estos temas bien: “Destruye a Adán, Eva y el pecado original, y en los escombros encontrarás los restos patéticos del Hijo de Dios, y quitarás todo el significado de su muerte”. 4

            En mayo de 1982, honrando a Charles Darwin en el centenario de su muerte, la Academia Pontifical de Ciencias, del Vaticano, declaró lo siguiente: “Evidencias masivas ponen la aplicación del concepto de evolución... más allá de disputas serias”. 5 La New Catholic Encyclopedia (Nueva Enciclopedia Católica) dice:

    

“Los especialistas... durante un periodo de 100 años, han acumulado la evidencia necesaria... evolución ha sido establecida de la manera más completa que la ciencia puede establecer datos...” 6

            No es cierto. Un número creciente de científicos, que incluye a algunos que no son cristianos, se oponen a la evolución. El astrónomo/matemático Sir Fred Hoyle dice, “el mundo científico ha sido engañado para que crea que la evolución ha sido comprobada. Nada podría estar más lejos de la verdad”. 7 El biólogo Michael Denton, autor del libro Evolution: A Theory in Crisis [“Evolución, Una Teoría en Crisis”], dice que la ciencia ha desacreditado tanto la evolución del modelo de Darwin, que debe ser descartada. El profesor de matemática Wolfgang Smith llama a la evolución “un mito metafísico...totalmente carente de apoyo científico”. 8

            Colin Patterson, paleontólogo principal del Museo Británico de Historia Natural confesó, después de más de 20 años de estar involucrado, “No había una sola cosa que yo sabía acerca de ella. Es chocante aprender que uno puede ser engañado por tanto tiempo”. Patterson “empezaba a preguntar a otros científicos, diciéndoles que le dijeran una cosa que sabían por cierto acerca de la evolución”. Los biólogos del Museo Americano de Historia Natural en Nueva York se quedaron sin palabras. Afirma Patterson:

“Probé haciendo la pregunta a la Facultad de Geología del Field Museo de Historia Natural, y la única respuesta que recibí fue silencio. Hice la pregunta a los miembros del Seminario de Morfología Evolucionista en la Universidad de Chicago, un cuerpo prestigioso de evolucionistas, y la respuesta fue un silencio muy largo, después del cual una persona alzó la voz y dijo: “Yo sé una cosa, que eso no debe ser enseñado en el colegio”. 9

            No obstante, en el juicio Edwards v. Aguillard, 482 U.S. 578 (1978), el Tribunal Supremo [EE.UU.] declaró no constitucional enseñar en las escuelas públicas el creacionismo, ni siquiera como una teoría al lado del darvinismo. Con razón se quejan los evangélicos de que la evolución es enseñada como un hecho científico en las escuelas públicas, pero también es enseñada así en las escuelas católicas. 10 En The Catholic World Report [Reportaje Del Mundo Católico], Esteban F. Smith escribe, “en la escuela católica aquí en la archidiócesis de Washington D.C., nos enseñaron la teoría de Charles Darwin acerca de la evolución como si fuera la verdad del santo evangelio”. 11 El bioquimista Michael Behe dice acerca del tiempo que pasó en escuelas católicas:

“Fui... enseñado que la vida... venía de Dios, y... la predominante explicación científica de como lo hizo era la teoría de Darwin de evolución. No vi ningún conflicto con la enseñanza de la Iglesia”. 12

             En su libro, The Blind Watchmaker [El Relojero Ciego], el zoólogo Richard Dawkins de la Universidad de Oxford, un evolucionista de renombre, llama a la biología “el estudio de cosas complicadas que dan la apariencia de haber sido diseñadas con un propósito”. 13 ¡Por cierto! Una célula, la más pequeña de las entidades vivas, podría contener 100.000 moléculas y tener 10.000 reacciones químicas interrelacionadas y simultáneas. ¡Las células no podrían surgir por casualidad! Dawkins admite que cada célula contiene en su núcleo “una base de datos dígitalmente codificado y más grande...que todos los 30 tomos de la Enciclopedia Británica”. 14 ¡No puedes ni imaginar el factor de probabilidad en contra de que se produzca por casualidad una enciclopedia de 30 tomos! Hablamos de una célula, y hay miles de millones de ellas en el cuerpo humano, miles de tipos diferentes, ¡todas trabajando en una relación increíblemente compleja y delicadamente equilibrada!

            La probabilidad astronómica hace que la evolución sea matemáticamente imposible. Hoyle calculaba que la probabilidad de producir solamente los enzimas básicos al azar, se representan con la cifra 1 sobre 1 seguido por 40.000 ceros. Por comparación, la probabilidad de coger un átomo específico de todos los que hay en el universo se representa con la cifra 1 sobre 1 seguido por 80 ceros. Aunque cada átomo fuera un universo, la probabilidad de coger uno en particular de todos aquellos universos, no llegaría a ser más de 1 sobre 1 seguido por 160 ceros. ¡Repito, la probabilidad de que se produzcan solamente los enzimas básicos es 1 sobre 1 seguido por 40.000 ceros! Pero los enzimas hacen cosas increíbles, lo cual complica todavía más el tema de la probabilidad.

 

            ¿Por qué la sangre coagula solamente en el lugar de la herida, y no dentro de las venas y arterias, y deja de coagular cuando el cuerpo ya no sangra? ¡Imagina los miles de millones de animales que hubieran muerto sangrando, antes de que ese increíble proceso de coagulación se perfeccionara por casualidad! El sistema inmunitario es todavía más maravilloso, dice Behe: “La complejidad del sistema es fatal a todas las explicaciones del darvinismo”. 15 Y así es también con centenares de sistemas vivos. Recuerda, estos sistemas complejos deben ser operativos para tener valor; es decir, no podrían evolucionarse en fases.

            En su excelente libro de 1996, Darwin's Black Box [La Caja Negra de Darwin], Behe documenta la complejidad incomprensible de la vida en su nivel básico: químico-celular; que tiene una complejidad que Darwin no se imaginaba. Behe, que dice que la evolución “se debe prohibir”, 16 derriba la teoría de Darwin, ofreciendo múltiples ejemplos a nivel bioquímico de elementos complicadamente diseñados e “irreduciblemente complejos” que no podían evolucionarse:

 “[La evolución] no puede explicar el origen de las estructuras bioquímicas tan complejas que fundamentan la vida. Ni siquiera lo intenta...La conclusión de que hay diseño inteligente es algo que se deriva de los datos mismos, no de libros sagrados ni creencias sectarias”.17

             Apoyando al Papa, Donald Devine escribe: “el hombre prehumano [así hablan] aparentemente existía durante millones de años.. .Esto no es una refutación de la Biblia sino una confirmación de ella, que hacía falta que Dios respirara el alma para que el hombre fuera hombre”. 18 ¡El caso es lo contrario! La evolución teísta, que requiere que el hombre tenga antepasados prehumanos (de los cuales nunca se ha hallado ninguna evidencia), contradice no solamente el Génesis sino la Biblia entera.

            Moisés dice que Dios formó a Adán del “polvo de la tierra”, y luego formó a Eva de “una de sus costillas” (Génesis 2:7; 18-22). No se puede reconciliar la idea de antepasados prehumanos con este relato, y es un relato ratificado por Jesucristo: “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?” (Mateo 19:4-5). Cristo confirmó así con esta cita lo que dice Génesis. San Pablo también testificaba acerca de su veracidad cuando declaró que “Adán fue formado primero, después Eva” (1 Timoteo 2:13, ver también 1 Corintios 15:22, 45; Judas 14). No eran una pareja de criaturas prehumanas en las cuales Dios sopló almas humanas.

            Además de esto, el apóstol Pablo dice que el pecado entró en el mundo por Adán, y la muerte por el pecado (Romanos 5:12). Si Adán y Eva hubieran tenido antepasados que durante miles o millones de años hubieran vivido y muerto, evolucionándose hasta que Dios los humanizara, entonces la muerte habría estado operativa en la tierra antes del pecado de Adán, lo cual es una contradicción clarísima de Génesis, la doctrina de Cristo, la predicación de Pablo y el evangelio. (El Cardenal O'Connor de Nueva York dice que quizás Adán y Eva fueran “animales inferiores”. 19)

             La evolución, la “más gorda de las vacas sagradas”, 20 ha sido una herramienta poderosa de Satanás para persuadir a millones de que la Biblia no es fiable. Como dijo Felipe Johnson, profesor de Derecho en la Universidad de Berkeley: “Todo el propósito de la historia evolucionista de Darwin es... demostrarte que no necesitas una inteligencia preexistente... [para] creación”. 21 Johnson sorprendió al mundo académico en 1991 con su libro Darwin on Trial [“El Juicio de Darwin”]. Con la precisión de un abogado veterano, destruyó el darvinismo y acusó a los evolucionistas de “abandonar los informes verdaderos y precisos que la ciencia ha hecho tradicionalmente, en su celo por extirpar y acabar con la religión...”. 22

            ¡El proceso de la evolución hubiera llenado la tierra con miles de millones de fósiles de criaturas intermedias, pero ni uno de estos “eslabones perdidos” ha sido encontrado! Imagina los restos de los millones de pequeños incrementos de la evolución durante los millones de años que hubieran sido necesarios para desarrollar cosas como pulmones para reemplazar agallas, alas de donde no había nada, el estómago y el sistema digestivo, los ojos, los riñones, el cerebro y sistema nervioso en todo el cuerpo, la sangre, el esperma y el huevo en los mamíferos, el huevo y su cáscara para las aves y los reptiles, etc. Se complica la imposibilidad cuando consideramos que cada uno de estos sistemas es increíblemente complejo y no podría evolucionarse gradualmente, sino que tendría que ser plenamente operativo para sostener la vida y ayudar en la “supervivencia”, por ejemplo, el sistema complicadísimo del radar de los murciélagos.

            ¿Cuántos millones de golondrinas de mar (de Antártida) murieron hasta que la primera “aprendió” por casualidad cómo navegar volando los miles de kilómetros del océano? ¿Cuántos salmones se perdieron y nunca llegaron a su arroyo nativo para reproducirse antes de que esta habilidad misteriosa se desarrollase? ¿Cuántas arañas murieron de hambre hasta que por casualidad el mecanismo maravilloso para hacer telaraña apareció de la nada, y quién enseñó a las arañas cómo emplear este invento? ¿Cuántos huevos de toda clase de ave se pudrieron hasta que el instinto de incubarlos se desarrolló? ¿Cómo fue aprendido y pasado a otras?  Existen incontables imposibilidades acerca de “la casualidad”.

            La preocupación moderna en cuanto a las especies en peligro es algo que contradice a Darwin. La evolución es algo que elimina a los no aptos. Uno no puede creer en la evolución y a la vez trabajar para la preservación ecológica de las especies. Como el último producto de la evolución, el hombre debería borrar sin misericordia todos los demás rivales para la supervivencia. Hay un sinfín de contradicciones.

            En su último libro, Reason in the Balance [“La Razón en la Balanza”], Felipe Johnson argumenta que solamente la creación por Dios puede explicar la conciencia moral del hombre. La naturaleza no tiene moral. El sentido humano de ética y moral desaprueba la evolución. Si la evolución es verdad, debemos cerrar todos los hospitales, quitar todos los medicamentos y dejar a los débiles morir. No puedes reconciliar la benignidad y la compasión con la ley de la supervivencia del más apto, que la evolución decreta.

            Pero el hombre es impulsado por conciencia y compasión, y éstas son evidencias de que él ha sido creado a la semejanza de un Dios de santidad y amor. Rechazando la evidencia abrumadora de diseño en el mundo alrededor suyo (Romanos 1:18-32), y rehusando obedecer las leyes que Dios escribió en su conciencia (Romanos 2:14-15), el hombre ha caído víctima de su propio egoísmo y ha sido presa de toda clase de maldad. No obstante, Dios ama al hombre, y en amor y gracia Él vino a este mundo, nacido de una virgen, como el Hombre perfecto e inmaculado, para que pudiera morir en nuestro lugar y pagar la pena infinita que Su propia justicia demanda por el pecado.  Es sólo sobre esta base, la que está establecida sobre el hecho de que Cristo pagó plenamente la paga del pecado, y la aceptación que cada uno debe hacer de esta sustitución, que el hombre puede llegar a ser nueva criatura en Cristo. ¡Estemos firmes sobre la verdad del evangelio de Jesucristo y la Palabra de Dios que lo declara. Mantengámonos con firmeza en contra de cada intento a diluir, pervertir o claudicar la verdad de Dios!

Dave Hunt



1 El Papa Juan Pablo II, “Mensaje a la Academia Pontifical de Ciencias”, L'Osservatore Romano (30 octubre, 1996), 3, 7.

2 Padre Edward Daschback, S.V.D., “Catholics and Creationism”, Visitor (21 octubre, 1984), 3.

3 Vaticano II, Concilio Vaticano II, Divina Revelación, (versión parafraseada por los Caballeros de Colón), III.11e.

4 The American Atheist [El Ateo Americano] (1978), 19, citado en The Christian News [El Noticiero Cristiano] (11 noviembre, 1996), 15.

5 Dasbach, loc. cit.

6 New Catholic Encyclopedia [Nueva Enciclopedia Católica], vol. 5 (McGraw-Hill, 1967), 689.

7 George W. Cornell, “Scientist calls Darwin evolution theory absurd” [Científico clasifica de absurda la teoría de Darwin de la evolución], Times-Advocate (10 diciembre, 1982), A10.

8 Wolfgang Smith, Teilhard and the New Religion [Teilhard y la Nueva Religión] (Tan Books, 1988), 242.

9 Thomas E. Woodward, “Doubts About Darwin” [Dudas Sobre Darwin], Moody (Septiembre 1988), 20.

10 The Times Picayune (Florida, 25 octubre, 1996), A-30.

11 Stephen F. Smith, “Is Darwinism A Religion?” [¿Es el Darvinismo una Religión?], The Catholic World Report (diciembre 1996), 50.

12 William Bole, “Of biochemistray and belief” [La bioquímica y la fe], Our Sunday Visitor [Nuestro Visitante del Domingo] (1 diciembre, 1996), 6.

13 Richard Dawkins, The Blind Watchmaker [El Relojero Ciego] (Inglaterra: Longman 1986), 1.

14 Dawkins, op.cit., 18.

15 Michael J. Behe, Darwin's Black Box: The Biochemical Challenge to Evolución [La Caja Negra de Darwin: El Reto Bioquímico a la Evolución] (The Free Press, 1996), 139.

16 Behe, op. cit., 186.

17 Behe, op. cit., 192-93.

18 Donald Devine, Human Events [Eventos Humanos] (13 diciembre, 1996), 19.

19 Los Angeles Times (30 noviembre, 1996), B13.

20 Doug Bandow, “Fossils and Fallacies” [Fósiles y Falacias], National Review (29 abril, 1991), 47.

21 Russel Schoch, “The Evolution of a Creationist” [La Evolución de un Creacionista], California Monthly (noviembre 1991), 22.

22 The Catholic World Report [El Reportaje Del Mundo Católico] (diciembre 1996), 50.

viernes, 12 de noviembre de 2021

MUERTOS Y VUELTOS

“Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, 
¿y dónde estará él?”    Job 14:10


 “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Job 14:14


En todo el mundo y en cada generación se hace esta pregunta. Los filósofos y religiosos han intentado responderla, y hay religiones y negocios basados en el tema de la muerte y la ultratumba.
    Muchos conocen el dicho popular: “Nadie ha muerto y vuelto”. Los que lo oyen suelen asentir con la cabeza, y quizás piensan que con eso está todo dicho. Piensan que como nadie ha vuelto del más allá, no sabemos si hay algo o no. Creen que nadie puede estar seguro, y así cada cual se queda con su opinión.
    Pero se equivocan. Quizás incluso algunos no quisieran saber, pero la verdad es otra. Es como lo que Jesucristo dijo a los de Su día: “¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios?” (Marcos 12:24). Amigo lector, puede que tú también te equivoques si ignoras estas cosas. Es fácil hacerlo en el mundo de hoy cuando tan pocas personas conocen bien la Biblia. Pero es aconsejable estudiar y saber antes de opinar o repetir lo que otros dicen. Adquiere una Biblia y busca en ella los textos citados en este libro, y aprenderás verdades impactantes.
    Quizás lo sabías que en el registro bíblico hay múltiples casos de personas que murieron y volvieron, y además, un caso triste de uno que quiso volver o al menos enviar a alguien de los muertos como mensajero, pero no se le permitió. Veremos esto, pero primero una aclaración.
    No se trata de reincarnación, karma y la rueda de samsara. Esas  cosas no existen, pero muchos se han dejado engañar por ellas. Dios ha declarado que “está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” (Hebreos 9:27). 


si te interesa recibir un ejemplar gratiuto del libro MUERTOS Y VUELTOS, escribe a Libros Berea, Apartado 75, 41720 Los Palacios y Villafranca, SE, España.

martes, 26 de octubre de 2021

¿GRAN PODER?

 

procesión en Madrid en 2018

Cierto es que el verdadero Jesucristo, Hijo del Dios Altísimo, tiene gran poder, pues Él es creador de los cielos y la tierra. Pero NO es en absoluto representado por una imagen llamada "El Cristo del Gran Poder" o como suelen abreviar: "El Gran Poder". Observa la cruz rota de ese "Cristo" cuando chocó con un semáforo que no pudo evitar. No lo pudo evitar porque no pueden andar, sino que tienen que llevarlo. Ni pudo avisar a los que le llevaban, "¡Ojo con el semáforo!", porque no lo vio, pues no puede ver, ni tampoco puede hablar. No pudo prevenir que se rompiera, ni pudo repararla pues tuvo que suber un mero hombre a repararla en plena procesión. De ahí quizás se le podría decir: "El Cristo de la cruz rota".

Esto simboliza el error y la vana esperanza de los que persisten en hacer y rendir culto a las imágenes, cosa que Dios tajante y explícitamente prohíbe. En los Diez Mandamientos Dios ordena así: "No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás..." (Éxodo 20:4-5).

Años después, Dios inspiró al profeta Isaías para denunciar y describir la vanidad de los hacedores de imágenes, y cómo los preparan para llevar a cuestas.

"Cada cual ayudó a su vecino, y a su hermano dijo: Esfuérzate. El carpintero animó al platero, y el que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se moviese" (Isaías 41:6-7) 

   Los formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden. ¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que para nada es de provecho? He aquí que todos los suyos serán avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados a una. El herrero toma la tenaza, trabaja en las ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas; no bebe agua, y se desmaya. El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para tenerlo en casa.  Corta cedros, y toma ciprés y encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino, que se críe con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica un ídolo, y se arrodilla delante de él. Parte del leño quema en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, porque mi dios eres tú. No saben ni entienden; porque cerrados están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender. No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? De ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo en mi mano derecha?  (Isaías 44:9-20).

 ¿Qué poder pueden tener unos "santos" o un "Cristo" que es como la Biblia describe a los ídolos? Los católicos dicen que las imágenes suyas no son ídolos, pero se equivocan. Lee la descripción Bíblica, la que Dios da, de qué es un ídolo.

Salmo 115:4-8   

4 Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres.  

5 Tienen boca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven;  

6 Orejas tienen, mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen;  

7 Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su garganta.  

8 Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cualquiera que confía en ellos.  

 Por eso los que hacen y rinden culto a imágenes no entienden la verdad, porque como las imágenes, ellos tampoco ven ni oyen ni razonan.

Pero ese Cristo no tiene poder. Esos santos y vírgenes no tienen poder. El verdadero Señor Jesucristo, encarnado, crucificado, resucitado y ascendido, vive y puede perdonar completamente a todos los que por Él se acercan a Dios. Pero no es representado por ninguna imagen. El apóstol S. Pablo declaró públicamente cuál es la doctrina apostólica acerca de las imágenes:

Hechos de los Apóstoles 17:24-25  

"El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas".

Hechos de los Apóstoles 17:29-30  

"...no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan".

¿De qué deben arrepentirse? De sus pecados, por supuesto, pero en el contexto cercano es el pecado de hacer imágenes y honrarlas. Los que se quedan con sus imágenes, no tienen perdón, y sus imágenes no tienen poder para salvarles. Solo el Señor Jesucristo, vivo y poderoso, puede perdonar y salvar.

"Cristo, poder de Dios y sabiduría de Dios"  

1 Corintios 1:24

EL JESÚS DEL PERDÓN

“Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25)

Muchas personas en Andalucía conocen y veneran al “Jesús del Perdón”, un Cristo de

cara triste, cargando su cruz. Pero qué triste pensar que muchísimos feligreses católico romanos, pese a su devoción, no tienen la certeza del perdón de todos sus pecados. Algunos son sinceros y fieles a sus tradiciones religiosas, pero su “cristo” no está vivo. Es una imagen que no ve, ni oye, ni habla, ni salva. ¿Es realmente el Jesús del Perdón? Y me pregunto: ¿qué perdón? o ¿cuánto perdón?, ya que el perdón es algo que el ningún católico romano nunca obtiene completamente en esta vida. Antes, va detrás de ello durante todos sus años. Pues si lo tuviera, no tendría que recibir el sacramento de la extrema unción cuando muere. Si lo tuviera, no tendría que confesarse para que sean absueltos sus pecados. Si lo tuviera, no tendría que repetir el Acto Penitencial en cada misa, implorando a la Virgen, al arcángel Miguel, a los apóstoles y santos que rueguen por él porque ha pecado muchas veces y de muchas maneras. Está clarísimo que el católico romano no entiende ni conoce el perdón bíblico, ni mucho menos el verdadero Cristo del perdón. Amigo lector, ¿es tu “cristo” uno que no da el perdón completo, permanente y final en esta vida? Entonces, no es el verdadero Cristo de la Biblia.

¿Quién puede salvar?

    Según Hebreos 7:25, Jesucristo es el Salvador. Sólo Él. San Pedro lo sabía y lo predicaba, pero la iglesia católica, aunque dice que Pedro era el primer Papa, no cree lo que él dijo: “En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). Los que realmente somos apostólicos creemos lo que los apóstoles predicaron. ¿Y tú, amigo, crees a los santos apóstoles? El Señor Jesucristo dijo: “yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (S. Juan 10:9).  Los que realmente somos cristianos apostólicos creemos lo que el Señor Jesucristo dijo. ¿Es así contigo? No hay salvación en la Iglesia Católica Romana, ni en sus sacramentos, ni en la Virgen ni los demás santos. No digo esto despectivamente en cuanto a los santos, pues los verdaderos santos también creyeron y creen que Jesucristo nuestro Salvador es el único salvador que hay. Pero, mi amigo, si no conoces esta clase de perdón completo y salvación eterna, aunque digas que crees en Cristo, no le has conocido realmente, porque quienes le conocen, tienen este perdón. ¡Todos los pecados perdonados! ¿No te suena bien? Ya no hay más confesionario y misa porque el perdón viene directamente del Cristo del Perdón. Si tu “cristo” no es así, entonces te han dado gato por liebre.
    Muchos confían en María para que ella les socorra, pero ella no puede salvar a nadie. María dijo que su alma alababa a Dios su Salvador, pues ella necesitaba también un salvador, y este Salvador único y poderoso es Dios el Hijo, el Señor Jesucristo. Aunque la llamen: “nuestra señora de perpetuo socorro”, este mismo título es falso, pues es robado de otro. Es un ejemplo de cómo desnudan a un santo para vestir a otro. Al Señor Jesucristo le quitan Sus títulos y virtudes, y los reparten entre vírgenes y santos, como quienes no creen que toda virtud y poder están en Él. Apelo a la Biblia, la Palabra de Dios, porque ella nunca llama así a María.  Antes al contrario, atribuye la salvación perpetua, el socorro perpetuo, a Jesucristo. Muchas personas confían en la Iglesia, porque ella dice que sólo hay salvación en ella. Confían también en los sacramentos de la Iglesia, porque han sido enseñadas que a través de los sacramentos aumentan la gracia de Dios en sus vidas, y consiguen perdón. Por ejemplo, en el sacramento de la confesión, ¿qué es lo que se busca si no el perdón? Pero en el catolicismo romano no hay un perdón completo y final. Debes saber que la iglesia no te puede otorgar semejante perdón, porque no lo conoce, porque no conoce al verdadero Jesús del perdón.

¿Hasta cuándo salva?


    La Palabra de Dios dice: “perpetuamente”. Acepta lo que Dios dice, sin poner cláusulas y condiciones tuyas. Ahora bien, sé honesto: ¿conoces esta salvación perpetua? ¿O la que te han enseñado viene a plazos, a trozos y porciones, de confesión en confesión? Perdón poquito a poco. ¿Te han dicho que hay pecados mortales y veniales? ¿Que si cometes un pecado mortal y mueres sin obtener perdón, irás al infierno? Te invito a considerar lo que no es mi opinión, sino Palabra de Dios. Todo pecado es mortal. “El alma que pecare, esa morirá” (Ezequiel 18:4). “La paga del pecado es la muerte” (Romanos 6:23). Los que te han dicho estas cosas sobre los pecados mortales, etcétera, no conocen o no creen la Palabra de Dios. No entienden la gravedad de cada pecado, ni cómo Dios, el juez justo, puede tratar el tema de nuestros pecados de modo que puede ofrecernos un perdón total, completo y permanente. Pero es así el verdadero evangelio, es un mensaje de juicio y perdón. Jesucristo, como sustituto, sufrió en la cruz el juicio de Dios por nuestros pecados, todos ellos. Nosotros recibimos de Él perdón completo cuando arrepentidos, creemos en Él como quien pagó por nosotros, quien nos perdona y nos da vida nueva. Y la salvación de Dios no es hasta que peques gravemente, como algunos dicen. Es para siempre. “Puede también salvar perpetuamente”, dice Hebreos 7:25. ¿Conoces al verdadero Jesús del perdón, o sigues creyendo en un “cristo” inventado y custodiado por una Iglesia que jamás te dará un perdón completo?

¿A quiénes salva?

    ¡Ojalá fuesen salvos todos! Dios ama a todos y desea su salvación, pero no todos aceptan la provisión que Dios en amor les ha dado. Dios no oculta la respuesta a nuestra pregunta. Él declara quiénes son los que se salvan, y tú, querido lector, puedes ser uno de ellos si haces caso a lo que Dios dice. No salva a los que hacen bien, ni a los sinceros, ni a los que aman, ni a los que son fieles a la Iglesia. Mira el texto sagrado: “...puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios”. La salvación, el perdón, no es por nuestros méritos, sino por los méritos de Cristo. La Iglesia te enseña a hacerte más atractivo a Dios, obteniendo gracia a través de los sacramentos, de modo que al final Dios te salve. Pero la Biblia dice: “mas al que no obra, sino cree en aquél que justifica al impío, su fe le es contada por justicia” (Romanos 4:5). Esta verdad del evangelio es libertadora. Miles de personas que han aceptado lo que Dios dice aquí han sido libradas de la esclavitud a un sistema de liturgias y letanías, de sacramentos y sacrificios ofrecidos muchas veces sin jamás quitar ni un sólo pecado.

¿Por quién hay que acercarse a Dios?

    En la Iglesia de Roma se suele decir: “a Jesús por María”, pero la Biblia no dice esto. Nuestro texto, Hebreos 7:25 dice que Jesucristo salva: “a los que por él se acercan a Dios”. Jesucristo mismo dijo: “yo soy el camino, y la verdad, y la vida, nadie viene al Padre sino por mí” (S. Juan 14:6). Cuando el Papa vino a España hace algunos años, a Santiago de Compostela, los jóvenes católicos de Santiago alquilaron algunos carteles de publicidad al lado de las carreteras en toda España con un texto bíblico, mostrando así, se supone, su piedad o devoción. Pero el texto que seleccionaron no lo pusieron entero, sino que lo cortaron por la mitad. Omitieron la mitad. Era este texto de S. Juan 14:6, “yo soy el camino, y la verdad, y la vida”. Pararon allí, sin poner el resto, porque claro, no pudieron poner la segunda parte, porque la verdad allí expresada excluye al mismo Papa. Jesús dijo: “nadie viene al Padre sino por mí”.  Ningún Papa puede ser el “pontífice máximo” (puente máximo entre cielo y tierra o entre Dios y hombres). No conduce a nadie a Dios, pues el camino a Dios no es por él ni por la Iglesia Católica Romana, ni por ninguna otra iglesia, sino por el Señor Jesucristo. Los santos apóstoles de nuestro Señor predicaron y enseñaron: “a Dios por Jesús”, sin otros intermediarios. No se interpone ninguna iglesia ni santoral. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5). Éste es el verdadero Cristo del perdón. ¿Le conoces? No está en ninguna catedral, ni le representa ninguna imagen. Está vivo, a la diestra del Padre, y Él salva perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios. ¿Has procurado acercarte a Dios por medio de la Iglesia, por medio de los sacramentos, por medio de tus oraciones, obras, buenas intenciones, sinceridad, etc.? Te has equivocado, y probablemente te enseñaron mal. El Cristo del perdón, el verdadero, es el único camino a Dios, y no está en custodia de la Iglesia Católica Romana.

¿Cómo puede él salvar así?

 
    Porque la salvación, el perdón, la redención que Él obtuvo cuando murió por nosotros en la cruz, es eterna. “Habiendo obtenido eterna redención”, dice Hebreos 9:12. Y si la redención es eterna, entonces no viene a plazos sino entera. Depende de Él, no de nosotros. Hebreos 7:25 dice que Cristo vive “siempre para interceder”. Él cuida de todos los que en Él han creído, y su garantía de perdón y de un lugar en el cielo es nada menos que la persona de Jesucristo, sentado a la diestra del Padre. ¡Qué seguridad! Su vida es “indestructible” (Hebreos 7:16). Dios dice en el nuevo pacto: “y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades”. Por esto la salvación es eterna, porque hay un perdón que es final y completo, que deja zanjada eternamente la cuestión de los pecados. Observa conmigo cómo la Iglesia Católica usa las palabras como: “nuevo pacto”, “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo”, etc., pero aparentemente desconoce su significado. No permite al Cordero de Dios quitar el pecado, de una vez para siempre, sino que para ella esto del pecado es tema de tratos interminables. Porque no conoce al Cristo del perdón. Ella ciertamente usa muchas frases bíblicas, pero ella no entiende ni admite el llano sentido bíblico de ellas. ¡Y dice que el magisterio es suyo!
    Y cuando uno llega a conocer al verdadero Cristo del perdón, y obtiene en Él eterna redención, y aprende que: “con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados” (Hebreos 10:14), se da cuenta de que ya no necesita la Iglesia Católica Romana, que ella realmente no tiene nada que ofrecer. Pero a los que son “leales a la Iglesia”, el catolicismo romano los tiene atados a sus sacramentos, y creyentes en un “cristo” que no perdona. La Iglesia no permite que sean olvidados los pecados y las iniquidades. Según su concepto equivocado, hay que tratarlos de día en día, de semana en semana, de confesión en confesión, de misa en misa, recitando el acto penitencial, recordando los pecados, buscando favor, misericordia y piedad de Dios, como los que todavía no han conocido al verdadero Jesús del perdón. ¡Qué triste esclavitud! Un sin fin de repeticiones de liturgias y ceremonias que nunca dan el perdón final, no, ni siquiera después de la muerte, porque aún habrá que decir misas en el aniversario de la muerte de la persona. Querido lector, ¿no es hora de que conozcas al verdadero Cristo, y el verdadero perdón que Él ofrece? Sal del catolicismo romano, sal a Él, al Cristo del perdón. Él vertió Su sangre preciosa en la cruz pagando por tus culpas. Él quiere salvarte personalmente, para siempre. Acude a Él, y a Dios por Él y por Sus méritos. Aunque te critiquen, sé valiente y fiel, y obedece al llamado apostólico: “Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (Hebreos 13:13).


Carlos Tomás Knott


Asamblea Bíblica, Calle Torreblanca 6 (detrás de la muralla Macarena), Sevilla

Domingos: 11-13 horas

 PREDICAMOS A JESUCRISTO

ESTUDIAMOS LA BIBLIA

NO PEDIMOS DINERO


lunes, 20 de septiembre de 2021

¿Quién Coordina A La Iglesia?

 


  “...siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor” (Ef. 2:20-21).

A Dios le gustan las cosas ordenadas y coordinadas. No es Dios de confusión, sino de orden. Pero ¿quién coordina la Iglesia, el edificio de Dios? A lo largo de la historia muchos hombres con dinero y poder han querido ejercer influencia para “coordinar” y dirigir al Cuerpo. Desean unificar a los creyentes y las iglesias bajo credos y uniformizar sus prácticas. A través de sus concilios, sínodos, federaciones y asociaciones han formulado sus decretos y han presionado a los demás a conformarse. Pero todos ellos cometen el error de usurpar el lugar de Cristo la Cabeza y del Espíritu Santo que nos guía y dirige. Es Dios, no los hombres, que coordina bien todo el edificio, y lo hace a través de Su Santa Palabra, por Su Santo Espíritu. De ahí, no de los hombres, viene la coordinación espiritual de todos los creyentes.

Carlos

sábado, 18 de septiembre de 2021

Roma, Semper Idem

 

La Mujer Ebria De La Sangre De Los Santos

“Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro”. Apocalipsis de San Juan 17:3-6

¿Quién es esta mujer que San Juan vio tan lujosamente vestida, con el cáliz de oro, y encima de una bestia que representa los gobiernos de este mundo? ¿No conoces a ninguna iglesia que esté representada por una mujer? ¿No conoces a ninguna que también es una ciudad, y además, edificada sobre siete montes? ¿No has oído del Vaticano, de Roma? ¿Y cómo es que el apóstol Juan vio a la mujer ebria de la sangre de los santos? ¿No sabes? Claro, si te han lavado el cerebro, ¿cómo lo vas a saber? Te han controlado la información, de manera que no sabes dónde te has metido, ¡y cuán feliz es la ignorancia! ¿No sabes que el Catolicismo Romano llegó a ser “la fe más perseguidora que jamás se ha visto en el mundo… mandando a los reyes la imposición de la religión “cristiana” (Católica Romana) sobre todos sus súbditos”? ¿No te han dejado leer lo que un historiador Católico Romano escribió en otra parte del mundo, acerca de cómo el Papa “Inocente III mató a muchísimos más cristianos en una tarde… que cualquier emperador romano en todo su reino”? (Peter de Rosa, historiador católico romano, Vicars of Christ: The Dark Side of the Papacy [Los Vicarios de Cristo: El Lado Negro del Papado], (Crown Publishers, 1988), pág. 35). El historiador Will Durant escribe francamente: “Comparada con la persecución de la herejía en Europa de 1227 hasta 1492, la persecución de los cristianos por los romanos durante los primeros tres siglos después de Cristo fue algo moderado y de proceder humano. Tomando en cuenta todo lo debido para un historiador y lo permitido para un cristiano, debemos asignar a la Inquisición el mismo grado que las guerras y las persecuciones de nuestros tiempos, como una de las manchas más negras en la historia de la humanidad, y que revela en esa “Iglesia” una ferocidad desconocida en las bestias” (Will Durant, The Story of Civilization [La Historia De La Civilización] (Simon and Shuster, 1950), vol. IV, pág. 784).

Por supuesto que no todos los disidentes proclamaron abiertamente su deslealtad a Roma. Así que hubo “herejes” secretos que tenían que ser buscados diligentemente. El método inventado fue la Inquisición, en la opinión del autor egipcio Rollo Ahmed: “la más inmisericorde y feroz institución que el mundo ha conocido” en su destrucción de vidas, de propiedad, de la moral y de los derechos humanos. Lord Acton, un católico y noble inglés, llamó a la Inquisición “homicidio” y declaró que los Papas “no solamente eran homicidas en gran manera, sino que hicieron del homicidio la base legal de la Iglesia Cristiana y la condición de la salvación” (Peter De Rosa, op. Cit., pág. 175). SEMPER IDEM: siempre igual.

Roma No Puede Ser Absuelta

Los apologistas católico-romanos se tuercen como serpientes, y con engaño intentan absolver a su Iglesia de toda responsabilidad en cuanto a los herejes que fueron quemados. Ellos alegan que la Inquisición fue obra del estado. ¿Creen que somos tontos o que nos chupamos el dedo? No vamos a creer esos cuentos, y ni ellos se lo creen. Al contrario: “la fuerza principal de las leyes contra los herejes no se hallaba en la autoridad de los príncipes seculares, sino en el dominio soberano sobre vida y muerte de todos los cristianos profesado por los Papas como los supuestos representantes de Cristo en la tierra, como Inocente III expresamente dijo”. (J.H. Ignaz von Dollinger, The Pope and the Council [El Papa Y El Concilio], (London, 1869), pág. 195).

Las penas fueron ejecutadas por la autoridad civil, pero solamente como “el brazo secular” de la Iglesia. Inocente III mandó al arzobispo de Auch en Gascony: “Le damos una orden estricta que de cualquier manera que halle, Ud. destruya todas estas herejías… puede hacer que el príncipe y el pueblo las supriman con la espada”. El Papa ofreció “una indulgencia plenaria a los reyes y los nobles de Francia por su ayuda en la supresión de la herejía Catarista. A Felipe Agusto, a cambio de semejante ayuda, el Papa ofreció las tierras de todos los que no vinieran a la cruzada contra los albigenses”. (Durant, op.cit., vol.IV, págs.773-74)

Comte Le Maistre, en sus cartas escritas en 1815 para justificar la Inquisición Española, dijo que ella existía: “por virtud de la bula del soberano pontífice” y que el Gran Inquisidor “siempre era un arzobispo u obispo” (Le Maistre, Letters on the Spanish Inquisitión [Cartas Sobre La Inquisición Española] (Boston, 1843), pág. 39 citado por R.W. Thompson en The Papacy and the Civil Power [El Papado Y El Poder Civil] (New York, 1876), pág. 83). Y si las autoridades rehusaren ajusticiar al condenado, ellas mismas eran llevadas ante el Tribunal y condenadas a las llamas.

Fueron los mismos Papas los que inventaron la Inquisición y se aseguraron de que fuera llevada a cabo. “Gregorio IX, en 1233, entregó el oficio permanentemente a los dominicos, pero siempre para ser ejercido en el nombre y por la autoridad del Papa”(Comte Le Maistre, op.cit., pág. 83). De ochenta Papas en un linaje partiendo del siglo XIII y en adelante, ninguno de ellos desaprobó la teología y el aparato de la Inquisición. Al contrario, uno detrás de otro añadía sus toques crueles a esta máquina fatal (Peter De Rosa, op.cit., pág. 175). No estamos citando a protestantes ni a ex­católicos rebotados, sino a historiadores católicos.

Con razón el apóstol Juan estaba asombrado, al ver lo que se llegaría a hacer en nombre de Cristo. ¡Ebria con sangre, qué asco! Así Dios despacha en pocas palabras toda la supuesta pompa y majestad de esa “madre”, que por cierto madre es, de las rameras y de las abominaciones de la tierra (v. 5), pero no de los fieles, no de los creyentes. Amigo, lo siento, pero ¡si Roma es tu madre, Dios no es tu Padre! Ella es madre de rameras, así que dejémonos de historias de su soberanía, magisterio, infalibilidad, etc., porque es todo falsificado y fingido como maquillaje de ramera. Te los has creído tú, Roma, y los que han bebido de su cáliz, y los que se han echado en la cama con ella. A los demás Dios manda con voz de trompeta: “Salid de ella”. Sí, porque ella no puede ser absuelta, y si te quedas en ella, tú tampoco te librarás. Ella, semper idem, no quiere cambiar. No seas como ella. Tú sí que puedes ser perdonado y nacer de nuevo si crees en el Salvador, el Señor Jesucristo. Pero Él está fuera de Roma, y una vez más, la voz celestial llama diciendo: “Salid de ella”. ¿Qué harás?

parte de este artículo es una traducción y adaptación de material de Dave Hunt. Este artículo apareció primero en la web de John Ankerberg.

Bibliografía

The Berean Call Newsletter, Dave Hunt

A Woman Rides The Beast, Dave Hunt

The Story Of Civilization, Will Durant

Vicars of Christ, The Dark Side Of The Papacy

The Bad Popes, Chamberlin