A través de este enlace pueden ver en Youtube esa película en español:
https://www.youtube.com/watch?v=PrpqlJz7nsg
Son casi increíbles las respuestas y la ignorancia de las personas entrevistadas. En verdad estamos en los postreros días.
LOS DÍAS DE NOÉ
Jesucristo habló de Noé, sus tiempos y un gran diluvio. Lo trató como algo histórico y literal. Sabemos que no es un cuento, ni una parábola, ni una alegoría, sino un relato verídico de algo terrible que pasó en la historia. Merece la pena leerlo. Génesis 5:29 al 8:22 da la historia de Noé, hombre piadoso (no un actor de Hollywood), y del diluvio universal que Dios envió en juicio sobre la desenfrenada maldad en el mundo entero.
Lo de Noé y el diluvio no es una leyenda. No fue un mero desastre ecológico, sino un juicio de Dios sobre un mundo impío – como el nuestro. Advierte del gran juicio que sacudirá al mundo entero antes de la segunda venida de Cristo. Juzgará al mundo con justicia, y no tendrá por inocente al culpable. Se repite la historia de la desobediencia de los seres humanos y el juicio de Dios. A continuación presentamos dos textos donde Jesucristo habló de Noé y el diluvió que “destruyó a todos”.
Evangelio según S. Mateo 24:37-39
37 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
38 Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,
39 y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Evangelio según S. Lucas 17:26-27
26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre.
27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos.
También lo mencionó el apóstol Pedro como algo histórico y literal. Algunos le tienen por su primer Papa, pero no hacen caso de lo que escribió bajo inspiración del Espíritu Santo (ex-catedra).
1ª Epístola de S. Pedro 3:20
20 los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.
Déjà Vu
Génesis 6:5 dice: “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal”. Más adelante, el versículo 12 relata que “miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra”.
Cuando la desobediencia y la maldad llegan a esos niveles de desenfreno y se extienden por todo el mundo, hasta tal punto que los gobiernos legalizan el pecado y la gente pierde la vergüenza y el temor de Dios, son otra vez los días de Noé. De eso habló Jesucristo, de la vuelta de “los días de Noé”. Amigo, lee otra vez los textos citados de las Sagradas Escrituras. Vivimos en tiempos como aquellos.
Dios prometió no juzgar el mundo por agua otra vez, es decir, por otro diluvio universal. Pero no prometió no juzgar al mundo. Eso sí lo hará y bien pronto. El tiempo se acaba. La fecha del juicio divino se avecina. Dios intervendrá en la historia otra vez para juzgar la maldad desenfrenada, la desobediencia y la impiedad que abundan. Cuando venga Jesucristo por segunda vez, no será en forma de bebé, ni manso y humilde, sino como Rey con gran poder y gloria. Lee en S. Mateo capítulo 24, y en el libro de Apocalipsis, capítulo 19, y lo verás. Prepárate amigo, créelo, tómalo muy en serio, reacciona, porque el juicio viene, como vino en los días de Noé.
El apóstol S. Pablo también advirtió acerca de la próxima venida de Jesucristo para juzgar al mundo, no con agua, sino con fuego. ¡Habrá terribles juicios! En la 2ª Epístola a los Tesalonicenses, 1:7-10 dice:
7 cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder,
8 en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo;
9 los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,
10 cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron.
Como Noé en su día, nosotros anunciamos el juicio venidero y predicamos el perdón de pecados y la salvación, gratuitamente, por la gracia de Dios, sin obras, por la fe en el Señor Jesucristo. Tal vez digas que somos unos aprovechados, pero no es así. Los aprovechados son los de Hollywood que toman como cuento y representan incorrectamente ese tema bíblico tan solemne, para divertir a la gente y forrarse con dinero. Ríete si quieres, pero mira alrededor y acuérdate de esto: Han llegado otra vez los días de Noé, ¡y el juicio viene ya! Si no te arrepientes y confías en el Señor Jesucristo, perecerás como los que perecieron en los días de Noé. Cristo dijo: “vino el diluvio y los destruyó a todos”.
Noé creyó a Dios, con los de su casa, y fueron salvas esas ocho personas. Todo el resto del mundo pereció. La mayoría no lleva la razón. La muchedumbre no le impresiona a Dios. El Creador y Juez del mundo “ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos” (Hechos de los Apóstoles 17:30-31).
Aquel varón que designó es el Señor Jesucristo, que murió por tus pecados, pero resucitó, y viene otra vez. Arrepiéntete de tus pecados de hechos y de omisión, de pecados de actitudes, palabras, pensamientos, deseos, y clama a Jesucristo el Señor, el Cordero de Dios, para que te perdone y te dé vida nueva. Sólo Él puede perdonar tus pecados. Sólo Él puede salvarte y darte vida eterna. Hoy todavía estás a tiempo.
Pero pronto se abrirán los cielos y comenzarán los grandes juicios de Dios, y será demasiado tarde para ti. No tardes más. No te quedes pensándolo. Arrepiéntete y cree el evangelio. Jesucristo murió por tus pecados, fue sepultado, resucitó el tercer día conforme a las Escrituras, y fue visto por testigos. “Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25). ¡Cristo es “nuestro Señor de Perpetuo Socorro”!
Él venció la muerte, vive para siempre, y sólo Él puede interceder por ti y perdonarte. Su promesa a los arrepentidos es: “...al que a mí viene, no le echo fuera” (S. Juan 6:37). Los que no entraron en el arca no fueron salvos del juicio divino — el diluvio. Amigo, se repite la historia. Nos han alcanzado los días de Noé y el mundo está lleno de terrible impiedad. Pero viene el Señor Jesucristo “en llama de fuego, para dar retribución” – gran juicio sobre este mundo. Te ponemos en sobreaviso: los que no vienen a Jesucristo, es decir, no reconocen su pecado, no se arrepientan ni confían en Él, perecerán. No seas uno de ellos.
Nuestra vida acabará, cual la hoja caerá,
Cual el haz se ligará; ¡Busca a Dios!
Vuela cada día veloz, y volando da su voz:
“Ven a dar tu cuenta a Dios”, ¡Busca a Dios!
Busca a Dios, busca a Dios;
Entretanto tengas tiempo, ¡Busca a Dios!
Si te atreves a esperar, Dios la puerta cerrará;
Te dirá: “Es tarde ya”, ¡Busca a Dios!
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