Un jóven adulto inconverso al que testifico, me dijo después de hacerse un “piercing” y un gran tatuaje: “Sé que no te gustan estas cosas”, dando por finalizada la conversación sin que yo participara. Como se suele decir: “para gustos, colores” o “sobre los gustos no hay nada escrito”. Pero no es cuestión de gustos, así que le respondí: “No importa si me gusta. Lo importante es lo que dice Dios”. En Levítico 19:28 Dios manda: “...ni imprimiréis en vosotros señal alguna”. El asunto es, que a Dios no le gusta, y Él lo prohibe. Cuando Dios ha hablado, no importan los gustos ni la moda.
Otra persona, creyente, me dijo: “Quiero saber tu opinión sobre la política”. Pero ¿qué importa mi opinión? Otra vez, como con el inconverso, lo importante es lo que dice Dios. Si bien la palabra “política” no aparece en la Biblia, hay preceptos divinos que gobiernan. Por ejemplo: “Mi reino no es de este mundo” (Jn. 18:36). “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33). “Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros...” (Mr. 10:42-43). “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida” (2 Ti. 2:4). Sólo es una pequeña selección de textos bíblicos pertinentes y capaces de guiarnos si queremos salir del campo de las opiniones a la verdad de Dios.
Otro creyente pregunto: “¿Qué opinas de la participación vocal de las mujeres en las reuniones?” Mi respuesta siempre es: “¿Qué importa lo que opino yo?” ¿No es mejor saber lo que Dios enseña y manda en Su Palabra? No es cuestión de votación – ¿cuántos a favor y cuántos en contra? Ni importa más la opinión del rico que el pobre. “¿Qué dice la Escritura?” es la orientación correcta. Dios habla claramente: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1 Co. 14:34-35). No es una opinión o punto de vista, sino un mandamiento. Hermanos y amigos, Santiago 1:5 NO dice que si a alguien le falta sabiduría, pregunte a los demás, si les gusta o no, o compare las opiniones de varias personas. “Pídala a Dios” es el consejo. Y Dios nos habla en Su Palabra.
Pero la gente suele hablar así, quizás para hacer un sondeo amistoso con varias personas y luego escoger lo que le parece, evitando la cuestión de la Palabra y los mandamientos de Dios. Quiere tratar los temas como si fuesen cuestiones de gustos u opiniones, porque así no hay nada que obedecer. Todo es sujetivo y cada uno puede hacer lo que le parece – como en los días de los jueces. “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 17:6). Es una descripción acertada de nuestros tiempos.
Pero Dios ha hablado, y nos ha dejado un Libro compuesto de 66 libros, donde ampliamente expresa Su voluntad para nosotros acerca de todos los áreas de la vida. Es asombrosa la cantidad de consejos prácticos que contiene solo el libro de Proverbios. Y si leemos las epístolas vemos también gran cantidad de consejos para nuestra vida. ¿Hasta qué punto quiere Dios dirigir nuestras vidas? “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co. 10:31).
Así que, en lugar de hacer sondeo de opiniones y gustos, sería mejor pedir un consejo bíblico, algo así: “¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de tal cosa?” Debemos vivir para agradar a Dios en todo, y para hacer eso, toda parte de nuestra vida debe ser guiada por él.
Otra persona, creyente, me dijo: “Quiero saber tu opinión sobre la política”. Pero ¿qué importa mi opinión? Otra vez, como con el inconverso, lo importante es lo que dice Dios. Si bien la palabra “política” no aparece en la Biblia, hay preceptos divinos que gobiernan. Por ejemplo: “Mi reino no es de este mundo” (Jn. 18:36). “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia” (Mt. 6:33). “Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros...” (Mr. 10:42-43). “Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida” (2 Ti. 2:4). Sólo es una pequeña selección de textos bíblicos pertinentes y capaces de guiarnos si queremos salir del campo de las opiniones a la verdad de Dios.
Otro creyente pregunto: “¿Qué opinas de la participación vocal de las mujeres en las reuniones?” Mi respuesta siempre es: “¿Qué importa lo que opino yo?” ¿No es mejor saber lo que Dios enseña y manda en Su Palabra? No es cuestión de votación – ¿cuántos a favor y cuántos en contra? Ni importa más la opinión del rico que el pobre. “¿Qué dice la Escritura?” es la orientación correcta. Dios habla claramente: “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación” (1 Co. 14:34-35). No es una opinión o punto de vista, sino un mandamiento. Hermanos y amigos, Santiago 1:5 NO dice que si a alguien le falta sabiduría, pregunte a los demás, si les gusta o no, o compare las opiniones de varias personas. “Pídala a Dios” es el consejo. Y Dios nos habla en Su Palabra.
Pero la gente suele hablar así, quizás para hacer un sondeo amistoso con varias personas y luego escoger lo que le parece, evitando la cuestión de la Palabra y los mandamientos de Dios. Quiere tratar los temas como si fuesen cuestiones de gustos u opiniones, porque así no hay nada que obedecer. Todo es sujetivo y cada uno puede hacer lo que le parece – como en los días de los jueces. “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía” (Jue. 17:6). Es una descripción acertada de nuestros tiempos.
Pero Dios ha hablado, y nos ha dejado un Libro compuesto de 66 libros, donde ampliamente expresa Su voluntad para nosotros acerca de todos los áreas de la vida. Es asombrosa la cantidad de consejos prácticos que contiene solo el libro de Proverbios. Y si leemos las epístolas vemos también gran cantidad de consejos para nuestra vida. ¿Hasta qué punto quiere Dios dirigir nuestras vidas? “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co. 10:31).
Así que, en lugar de hacer sondeo de opiniones y gustos, sería mejor pedir un consejo bíblico, algo así: “¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de tal cosa?” Debemos vivir para agradar a Dios en todo, y para hacer eso, toda parte de nuestra vida debe ser guiada por él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario