POR QUÉ DEBEMOS OFRENDAR SACRIFICADAMENTE AL SEÑOR
Y A SU OBRA
Porque Él se dio sacrificialmente por nosotros al venir a morir por
nuestros pecados y nos hizo ricos espiritualmente (2 Co. 8:9).
Porque Él nos ofrece la oportunidad de hacer tesoros en el Banco del Cielo (Lc. 16:9; Mt. 6:20).
Porque donde está nuestro tesoro, allí estará centrado el interés de nuestro corazón (Lc. 12:33-34).
Porque todo lo que tenemos pertenece a Dios (1 Cr. 29:14), debemos dejar que Él lo use libremente.
Porque Él dice que retener los diezmos (10%) y las ofrendas es “robar a Dios” (Mal. 3:8).
Porque en la medida que demos, Dios nos dará (Lc. 6:38; 2 Co. 9:6).
Porque el dar generosamente a Dios conduce a bendición, y el no dar lleva a pérdida (Pr. 11:24-25).
Porque Jesús dijo que es más bienaventurado dar que recibir (Hch. 20:35).
Porque después de que hayamos dado liberalmente, el Señor promete suplir todas nuestras necesidades (Fil. 4:18-19).
Porque el Señor nos ha mandado dar regularmente, sistemáticamente y proporcionalmente (por porcentaje) (1 Co. 16:2). La forma de dar es a través de la iglesia local.
Porque Dios ama al dador alegre (2 Co. 9:7).
Porque es mejor amar y dar a Dios que amar y atesorar dinero (Mt. 6:24).
Porque dar es un acto de adoración a Dios (Mt. 26:7-11).
Porque el Señor resaltó y mandó el dar de una manera sacrificial (Lc. 21: 1-4).
Porque Él nos ofrece la oportunidad de hacer tesoros en el Banco del Cielo (Lc. 16:9; Mt. 6:20).
Porque donde está nuestro tesoro, allí estará centrado el interés de nuestro corazón (Lc. 12:33-34).
Porque todo lo que tenemos pertenece a Dios (1 Cr. 29:14), debemos dejar que Él lo use libremente.
Porque Él dice que retener los diezmos (10%) y las ofrendas es “robar a Dios” (Mal. 3:8).
Porque en la medida que demos, Dios nos dará (Lc. 6:38; 2 Co. 9:6).
Porque el dar generosamente a Dios conduce a bendición, y el no dar lleva a pérdida (Pr. 11:24-25).
Porque Jesús dijo que es más bienaventurado dar que recibir (Hch. 20:35).
Porque después de que hayamos dado liberalmente, el Señor promete suplir todas nuestras necesidades (Fil. 4:18-19).
Porque el Señor nos ha mandado dar regularmente, sistemáticamente y proporcionalmente (por porcentaje) (1 Co. 16:2). La forma de dar es a través de la iglesia local.
Porque Dios ama al dador alegre (2 Co. 9:7).
Porque es mejor amar y dar a Dios que amar y atesorar dinero (Mt. 6:24).
Porque dar es un acto de adoración a Dios (Mt. 26:7-11).
Porque el Señor resaltó y mandó el dar de una manera sacrificial (Lc. 21: 1-4).
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Recordemos que Dios mira lo que nos queda después de ofrendar, no sólo lo que ponemos en la ofrenda. "Muchos ricos echaron mucho" pero sus ofrendas eran cómodas, porque dieron lo que les sobró y lo que no necesitaban para vivir cómodamente. Sus ofrendas no eran sacrificios. Podían haber dado mucho más. Impresionaron a todos menos al Señor, porque Él ve todo, lo que ofrendamos, lo que guardamos, y lo que gastamos en otras cosas (véase Hch. 5:1-5).
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