¿Qué significa esto? ¿Es una nueva denominación? No, es una descripción de ciertos cristianos, y hoy en día está muy extendida. S.D.M., “Solo Domingo por la Mañana”, se refiere a los cristianos que solo asisten a una reunión los domingos por la mañana y se ausentan de las demás.1
No es un comportamiento bíblico, pues Hechos 2.42 describe la conducta de los primeros cristianos: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”. No asistían ocasionalmente, sino que “perseveraban”. No consideraban que una reunión fuera más importante que las demás. Es típico entre los católicos pensar que si asisten a la misa ya han cumplido con Dios. Ellos quizás son los campeones de “S.D.M.”. Pero esta misma actitud se manifiesta ahora entre los evangélicos, que solo asisten el domingo por la mañana, y se ausentan de las demás. No vienen el domingo por la tarde para apoyar la reunión de predicación del evangelio. No asisten a la reunión de oración y estudio bíblico entre semana. Aparentemente, consideran opcionales estas reuniones. No apartan tiempo para la comunión con los demás en estas reuniones. Quienes así actúan no han cumplido con Dios.
Sin embargo, la recepción a la comunión de una iglesia incluye todas sus actividades. La recepción no es al partimiento del pan, sino a la asamblea. Implica mucho más que la cena del Señor. Indica la aceptación e inclusión en todas las facetas de la vida de la iglesia, su doctrina y testimonio. Un hermano dijo que la recepción es mutua. La iglesia local recibe a la persona, y la persona recibe a la iglesia, lo que indica que la acepta y está de acuerdo con ella. De lo contrario, no debe haber recepción.
Si la iglesia se reúne cada domingo por la mañana, son 52 reuniones al año, y si también el domingo por la tarde, son otras 52 reuniones al año. Además, hay una reunión entre semana para orar y estudiar la Palabra, que también son 52 al año. En total, son 156 reuniones al año, según este ejemplo. Pero los cristianos que solo asisten a la iglesia los domingos por la mañana se pierden 104 reuniones al año, es decir, faltan a dos tercios de las reuniones. No acuden para apoyar la predicación del evangelio, para orar o para estudiar la Palabra, y en todas esas ocasiones pierden la comunión con los demás. ¿De qué manera se puede considerar que esas personas están realmente en comunión en la iglesia, ya que no tienen tiempo para ella?
Además, debemos recordar que el Señor Jesucristo nos enseña a poner a Dios en primer lugar en nuestra vida. “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt. 6.33). “Primeramente” indica preferencia y prioridad. ¿Qué importancia le damos a las actividades de la iglesia? El trabajo, las preocupaciones y las actividades sociales de la familia no deben tener preferencia sobre ellas. Si viene una visita, puede acompañarnos o esperar hasta que volvamos. Si un familiar nos pide un favor que nos impediría reunirnos, debemos decirle que ya tenemos una obligación previa.
Considera el testimonio del Señor en Lucas 4.16, “... en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre”. Su costumbre y prioridad era reunirse con el pueblo de Dios en el lugar designado. No tenía que decidir en cada ocasión si se iba a reunir o no, pues esa decisión ya se había tomado. El cansancio y los compromisos con la familia no figuran en esta decisión. Si había reunión del pueblo de Dios, uno sabía dónde encontrar a Cristo, porque Él estaba presente, “conforme a su costumbre”. Debemos seguir Su santo ejemplo y tener esa misma costumbre.
El Señor todavía se reúne con los creyentes conforme a Su promesa. “Donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt. 18.20). Alguien dijo que el Señor siempre está en todas las reuniones y que nos espera para compartir con nosotros. Debemos considerar que las reuniones son nuestras “citas previas” con el Señor.
1 No se refiere a las personas que por enfermedad, trabajo o viaje no pueden congregarse. Pero no debemos aceptar otros compromisos, porque ya tenemos uno con el Señor.
Carlos
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