Un verso popular de William Shakespeare en la obra Romeo y Julieta se convirtió en un aforismo: “La rosa no dejaría de ser rosa, y de esparcir su aroma, aunque se llamase de otro modo”. Esto es verdad, pero si un jardinero colocara etiquetas de “rosa” en petunias o begonias, eso no les convertiría en rosas.
Nos gustan las etiquetas, porque nos ahorran el trabajo de pensar. Muchos usan etiquetas políticas sin saber realmente su significado. Puede que alguien sea llamado “exitoso” porque ha ganado mucho dinero, aunque su vida personal sea un gran fracaso.
Hoy “cristiano” es una etiqueta muy imprecisa. Si preguntamos: “¿Es usted cristiano?”, muchas personas responderían “sí”, aunque no tengan claro exactamente qué es un cristiano. Esto es porque hoy el término incluye:
1. Cristianos hereditarios
Son personas cuyos padres eran cristianos, y por eso ellas también creen que siempre han sido cristianas. Podrían llamarse cristianos por tradición. Similares son los que piensan que son cristianos porque sus maridos o esposas lo son – por asociación. Es posible que hayan pertenecido a cierta iglesia desde su nacimiento, y que se hayan bautizado. Algunos aun tienen cargas religiosas en su iglesia. Algunos rezan y recitan el credo de los apóstoles. Quizás asisten ocasionalmente a las reuniones de una iglesia, o incluso sean miembros de una iglesias, especialmente la de sus padres.
2. Cristianos éticos
Son personas que procuran ser buenas. Dicen que viven por “la regla de oro” y que procuran hacer bien y ser buenos vecinos y ciudadanos. Creen en “hacer el bien y no mirar a quién”, y que si uno hace lo mejor que puede, nadie puede pedirle más.
3. Cristianos culturales
Son personas que viven en una nación o cultura que se considera “cristiana”. Cuando dicen “soy cristiano” quieren decir que no son musulmanes, hindúes u otros. Les gustan la música religiosa, el ambiente de la iglesia, y las ceremonias – especialmente para bodas y funerales.
4. Cristianos sociales
Son personas que les gusta encontrar a sus amigos en las reuniones, y que sus hijos hagan buenas amistades y estén en ese círculo social. Los negociantes encuentran que asociarse con la iglesia les produce contactos y les favorece en el negocio.
También son los que creen que el cristianismo consiste en obras sociales, programas para ayudar a los pobres, etc. Reparten ropa y comida, o ofrecen atención médica, y creen que eso es ser cristiano.
5. Cristianos emocionales
Son los que han tenido una experiencia emocionante. Uno dijo que había estado de ánimo muy bajo, desilusionado con la vida, y luego pensó en Cristo y sintió alivio. Otro dijo que en un tiempo de desánimo comenzó a reírse y que eso era nacer de nuevo.
De esos también son los que se han curado de una enfermedad grave, o han salido de una crisis en la vida, y creen que por eso son cristianos.
6. Cristianos confusos
Son los que se llaman cristianos pero no entienden el evangelio ni saben cómo ser salvos. Uno de esos dijo que el evangelio es “Dios es amor”. Otro dijo que el evangelio es: “Mateo, Marcos, Lucas y Juan”. Otra persona que profesaba ser cristiana dijo que el evangelio es que Cristo murió por nuestros pecados”. Suena bien, pero cuando le preguntaron qué quiere decir esto, respondió: “¡No sé! Es lo que me dijeron en una iglesia. ¿No es verdad?”
Estos “cristianos” son como alguien que tiene las piezas de un puzle, pero no sabe cómo juntarlas correctamente. Tienen Biblia, cierto vocabulario y costumbres que han aprendido, pero no acaban de entender realmente qué es un cristiano y cómo llegar a serlo.
7. Cristianos intelectuales
Son los que conocen algo de la Biblia, o el evangelio. Han recibido enseñanzas, quizás de sus padres, o quizás de haber aprendido en una iglesia o de haber leído algunos libros cristianos. Quizás creen en la creación, no la evolución, y creen en Dios, Cristo, el cielo, etc. Quizás conocen a predicadores u otros cristianos. Pero son conocimientos sin vida. “El que tiene al Hijo, tiene la vida” (1 Juan 5:12). Sin fe es imposible agradar a Dios.
Todos estos tienen una cosa en común: piensan que son cristianos pero realmente no lo son. Están decepcionados, y en peligro de perdición eterna.
Pero hay personas que dicen y son cristianas, y que son salvas.
8. Cristianos verdaderos
Son personas que creen a Dios, lo que dice en Su Palabra la Biblia. No solo saben específicamente qué es el evangelio, sino que lo creen. La Biblia declara que somos pecadores por naturaleza, alejados de Dios y sin poder para agradarle. La paga del pecado es muerte, y todos somos dignos de muerte. Pero el evangelio, la buena nueva, es que Jesucristo, el Hijo de Dios, vino para salvarnos. Él murió cargado con nuestros pecados, en sacrificio para pagar nuestra pena de muerte ante Dios. Los verdaderos cristianos son los que, viéndose perdidos y condenados, se arrepienten, confían en Cristo como su Señor y Salvador, y con su boca le confiesan como Señor. Como resultado, saben que tienen vida eterna.
Asisten a las reuniones de una iglesia, para adorar, aprender de la Biblia, y gozarse de la comunión y amistad con otros cristianos verdaderos. Viven para agradar a Dios, y son honestos en el trabajo y considerados con sus prójimos. Pero reconocen que ninguna de esas cosas les constituye cristianos. Viven así porque por el evangelio han experimentado un cambio radical que es llamado nacer de nuevo.
Amigo, si crees que eres un cristiano, ¿por qué lo crees? Si tuvieras hoy que presentarte ante Dios, y Él te preguntara: “¿Por qué debo permitirte entrar en el cielo?”, ¿cuál sería tu respuesta? Piénsalo bien.
Resumiendo, un cristiano verdadero:
a. Sabe que por naturaleza era un pecador, separado de Dios.
b. Reconoce que es digno de muerte – el castigo eterno en el infierno.
c. Reconoce su propia culpa, y se arrepiente de sus pecados.
d. Sabe que no puede salvarse por reformas o buenas obras.
e. Reconoce que Jesucristo es Dios encarnado.
f. Sabe que Dios le ama tanto que envió a Su Hijo Jesucristo para salvarle.
g. Acepta la paga que Cristo efectuó por sus pecados cuando murió en la cruz.
h. Confiesa a Jesucristo como Señor, con la boca, y también en el bautismo.
i. Cree que la Biblia es la Palabra de Dios, y la obedece.
j. Vive agradecido por la salvación.
k. Es morada del Espíritu Santo, y vive en santidad, no en pecado.
l. Ama a los demás como Dios le ha amado.
m. Se congrega con otros verdaderos cristianos, como Hechos 2:42 indica.
n. Espera la venida del Señor para llevarle al cielo.
Si no eres una de esas personas, no importa qué etiquetas llevas o qué piensan otras personas. Si no eres un cristiano verdadero, ninguna etiqueta te ayudará. Reflexiona seriamente en las palabras de Jesucristo: “Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad” (Mateo 7:20-23).
Jesucristo dijo: “Por sus frutos los conoceréis”. Proverbios 20:11 afirma: “Aun el muchacho es conocido por sus hechos, si su conducta fuere limpia y recta”. Por eso el apóstol Pablo escribió: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17). Si según esta descripción no eres un cristiano verdadero, te imploramos que te reconcilies con Dios.