Los calvinistas raramente conceden que su posición transige y empobrece el carácter y los atributos de Dios. Pero en un capítulo titulado: “Dios, Libertad y Maldad en el Pensamiento Calvinista”, el teólogo calvinista Dr. John Feinberg reconoce:
“A veces sería más fácil no ser calvinista. Hay un precio intelectual asociado con cualquier esquema de conceptos, pero el que viene con el calvnismo parece estar más allá de las posibilidades de la inteligencia humana. Los calvinistas mantienen posiciones que como mínimo parecen ilógicas. Es especialmente así con la enseñanza calvinista del control soberano de Dios en relación al libre albedrío humano y la responsabilidad moral por el pecado.
Si tienen razón los calvinistas acerca de la soberanía divina, no parece haber mucho lugar para la libertad humana. Si desaparece la libertad, también desaparece la responsabilidad moral y humana por el pecado. Lo peor de todo es que si los calvinistas llevan razón, parece que Dios decidió que habrá pecado y maldad en nuestro mundo, y quizás incluso los causa. Sin embargo, según los calvinistas Dios no es moralmente responsable por nada de eso. Es nuestra culpa.
Si éste es su Dios, el calvnismo está en la bancarrota intelectual y religiosa. ¿Quién podría adorar a ese Dios? Además, si los ateos comprenden este retrato de Dios como paradigmático del cristianismo tradicional, no es extraño que lo rechazan. Aunque es dudoso que un ateo abandone su ateismo a favor de cualquier concepto de Dios, por lo menos el retrato arminiano de Dios parace más atractivo que el calvinista”.
“A veces sería más fácil no ser calvinista. Hay un precio intelectual asociado con cualquier esquema de conceptos, pero el que viene con el calvnismo parece estar más allá de las posibilidades de la inteligencia humana. Los calvinistas mantienen posiciones que como mínimo parecen ilógicas. Es especialmente así con la enseñanza calvinista del control soberano de Dios en relación al libre albedrío humano y la responsabilidad moral por el pecado.
Si tienen razón los calvinistas acerca de la soberanía divina, no parece haber mucho lugar para la libertad humana. Si desaparece la libertad, también desaparece la responsabilidad moral y humana por el pecado. Lo peor de todo es que si los calvinistas llevan razón, parece que Dios decidió que habrá pecado y maldad en nuestro mundo, y quizás incluso los causa. Sin embargo, según los calvinistas Dios no es moralmente responsable por nada de eso. Es nuestra culpa.
Si éste es su Dios, el calvnismo está en la bancarrota intelectual y religiosa. ¿Quién podría adorar a ese Dios? Además, si los ateos comprenden este retrato de Dios como paradigmático del cristianismo tradicional, no es extraño que lo rechazan. Aunque es dudoso que un ateo abandone su ateismo a favor de cualquier concepto de Dios, por lo menos el retrato arminiano de Dios parace más atractivo que el calvinista”.
(énfasis añadido)
Extracto del libro LIMITANDO LA OMNIPOTENCIA, por David Dunlap, que Dios mediante estará disponible en el otoño del 2018, Gospel Folio Press y Libros Berea
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