El mundo ha inventado el día de la mujer, pero los creyentes discrepamos porque tenemos otra perspectiva (Ro. 12:2). Dios adelantó mucho a la humanidad en alabar a la mujer, y Su valoración y ejemplo es lo que hay que seguir. Si prestamos atención veremos qué no se debe alabar a una mujer simplemente por ser mujer, sino por sus virtudes. Lástima, pero no todas las tienen. En el elogio a la mujer virtuosa, Proverbios 31:10 da a entender que es difícil hallar una. Hay muchas piedras pero pocas piedras preciosas. Así hay muchas mujeres pero pocas virtuosas. El verso 30 habla del engaño de la gracia y la vanidad de la hermosura, sin embargo muchas gastan más en esas cosas que su carácter y espiritualidad.
1 Pedro 2:2 valora su "conducta casta y respetuosa" con su marido. El verso 4 dice que el espíritu afable y apacible debe ser su ornato, y qué es de grande estima delante de Dios. Los versos 5 y 6 mencionan el ejemplo que seguir, y no es el del mundo ni de Hollywood ni de movimientos feministas, sino, "aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos, como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien..."
Hay sola una clase de mujer que Dios alaba, y es la de Proverbios 31 que es piadosa, virtuosa y trabajadora en su casa y familia. No tiene otro carrera u oficio. Ni es predicadora ni conferencista, sino ama de casa y ahí manifiesta su piedad y virtud, y cumple su ministerio.
1 Pedro 2:2 valora su "conducta casta y respetuosa" con su marido. El verso 4 dice que el espíritu afable y apacible debe ser su ornato, y qué es de grande estima delante de Dios. Los versos 5 y 6 mencionan el ejemplo que seguir, y no es el del mundo ni de Hollywood ni de movimientos feministas, sino, "aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos, como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien..."
Hay sola una clase de mujer que Dios alaba, y es la de Proverbios 31 que es piadosa, virtuosa y trabajadora en su casa y familia. No tiene otro carrera u oficio. Ni es predicadora ni conferencista, sino ama de casa y ahí manifiesta su piedad y virtud, y cumple su ministerio.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos.
Proverbios 31:10-31
Gracias a Dios por las mujeres virtuosas y piadosas, que tiene la convicción y el valor de no seguir el molde del mundo. Las mujeres mundanas no os aprecian, pero ¿qué importa su opinión? Nada. Desaparecerá con ellas. ¡Ánimo hermanas, no perderéis vuestro galardón!
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