En su libro CRISTO AMÓ A LA IGLESIA, William MacDonald contesta esta pregunta:
"¿Tiene derecho la iglesia de juzgar a alguien, para saber si es salvo?
Contestamos
que no sólo tiene el derecho, sino la obligación sagrada de hacerlo.
Puesto que a los cristianos les está prohibido tener comunión con los
incrédulos (2 Co. 6:16-17), es evidente que estamos obligados a usar
todo medio práctico para discernir la condición espiritual de los que
quieren estar entre el pueblo de Dios".
Cristo Amó A La Iglesia, pág. 56, Editorial Berea
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