jueves, 6 de noviembre de 2008

Enseñanza de William MacDonald sobre la Psicología


LA PSICOLOGICAZIÓN DE LA IGLESIA


Uno de los fenómenos de la era en que vivimos es la manera en que la iglesia ha sido infiltrada por la psicología secular. En contradicción a 2 Timoteo 3:16, 17, la Biblia ya no es considerada como suficiente como base para aconsejar. Necesitamos psicoterapia. Ya no se confía en el Espíritu Santo para que produzca los necesarios cambios en las vidas de los creyentes. Los ancianos ya no son competentes para orientar. Tienen que enviar a su gente a un terapeuta profesional. Esto a pesar del hecho de que Dios nos ha dado en la Palabra y mediante el Espíritu todo lo necesario para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3).
Durante generaciones, los cristianos llevaron sus problemas al Se or en oración. Ahora han de llevarlos a un psiquiatra o a un psicólogo. A los jóvenes ya no se les apremia a que prediquen la Palabra. Ahora el lema es "Practicad la orientación psicológica".
La orientación profesional ha llegado a ser una vaca sagrada hasta tal punto que alguien saldrá inevitablemente en su defensa. ¿Qué es lo que está tan mal con ella? Daré a continuación once puntos por los que está mal.
1. La atención de la persona es dirigida al yo en lugar de a Cristo. Este es un fallo fatal. No hay victoria en el yo. El autoexamen no es una cura. Lo buenos marineros no echan el ancla dentro del barco. Necesitamos a Alguien mayor que nosotros mismos, y este Alguien es Cristo. Más tarde o más temprano debemos darnos cuenta de que nuestra ocupación con Cristo es el camino a la victoria en la vida cristiana (2 Corintios 3:18).
Ibsen, el dramaturgo noruego, cuenta acerca de una visita que hizo Peter Gynt a un hospital psiquiátrico. Toda la gente parecía normal. Nadie parecía loco. Hablaban muy razonablemente acerca de sus planes. Cuando Peter le mencionó esto a un médico, éste le dijo: "Están locos. He de admitir que hablan de manera muy racional, pero todo es acerca de ellos mismos. Están, de hecho, muy inteligentemente absorbidos en su yo. Es el yo —mañana, mediodía y noche. No podemos apartarnos del yo aquí. Lo arrastramos con nosotros, incluso en nuestros sueños. Ah, sí, joven, hablamos de manera racional, pero estamos bien locos".
2. La psicología moderna se basa en sabiduría humana, no divina. Es la opinión de los hombres en lugar de la autorizada Palabra de Dios. La variedad de opiniones humanas se ve en el hecho de que hay más de 250 sistemas de psicoterapia y más de 10.000 técnicas (incluyendo una para ayudar a tus animales domésticos), y cada una de ellas pretende la superioridad sobre las demás.
Dice Don Hillis: "Esta tendencia conlleva al menos un elemento de peligro: el razonamiento humano toma el puesto de la Palabra de Dios para la resolución de los problemas emocionales y espirituales. Las respuestas racionales ... que no estén basadas en principios espirituales pueden dar un alivio temporal, pero a su vez pueden resultar desilusionantes y perjudiciales."

3. Muchos, y probablemente la mayoría, de los problemas por los que la gente busca consejo tienen su causa en el pecado —matrimonios rotos, familias rotas, conflictos interpersonales, ansiedad, drogas, alcohol, y algunas formas de depresión. Para estos problemas no necesitamos el diván, sino la Cruz. Sólo el Salvador nos puede decir: "Tus pecados te son perdonados; ve en paz".
4. La orientación moderna se dedica a la desviación de la culpa. Al pecado se le llama enfermedad. O está causada por el ambiente de una persona. Se les echa a los padres la culpa por la conducta inaceptable de los hijos. Como resultado, se libera a la gente de la responsabilidad personal. John MacArthur habla de una mujer que dijo que tuvo un problema durante años con fornicación compulsiva: "El consultor sugirió que su conducta era el resultado de unas heridas recibidas de un padre pasivo y de una madre imperiosa".
Henry Sloane Coffin valoró la situación de manera penetrante: "La actual psicología añade ... coartadas morales. Los hombres y las mujeres se hacen analizar, y encuentran emancipación en el destierro de los feos nombres que una religión vigorosa daba a los pecados, y en la asignación de nombres sin sugerencia de culpa. Son mal ajustados o introvertidos, en lugar de faltos de honradez o egoístas. Un padre de edad madura se cansa de su mujer y se enreda con una mujer que tiene la mitad de su edad, y un terapeuta le dice que está sufriendo de un "espasmo de re-adolescencia", cuando se le debería confrontar con el mandamiento: "no adulterarás".
5. La psicoterapia obra de manera directamente contraria al Espíritu Santo al enfatizar la importancia de una buena auto-imagen, de un caso sano de auto-estima. El Espíritu Santo está tratando de llevar a los pecadores a la convicción del pecado, y llevarlos al arrepentimiento. Está tratando de restaurar a creyentes desviados y llevarlos a la confesión. Cualquier auto-estima que no esté basada en el perdón de los pecados y en la posición del hombre en Cristo es falsa hasta la médula.
6. Luego tenemos, naturalmente, la faceta financiera. James Montgomery Boice comenta: "De modo que en nuestros tiempos tenemos el fenómeno singular de gente que paga a otras personas para que les escuchen, que es de lo que tratan las profesiones de psiquiatría, psicología y consejería. La consejería es un negocio millonario en dólares. Pero la realidad es que en la inmensa mayoría de los casos no se trata de que los consejeros orienten o aconsejen a sus consultantes. Básicamente, todo lo que hacen es escuchar. Se les paga para hacer lo que en tiempos pasados otras personas hacían voluntariamente".
Cuando una señora se quejó de que en veinte años de acudir a un psicólogo no había recibido ayuda, una amiga le preguntó:
-- "¿Has ido alguna vez a la iglesia en busca de ayuda?"
-- "No, lo único que la iglesia quiere es tu dinero."
-- "¿Cuánto le has pagado al psicólogo?"
-- "Le he pagado 60 dólares a la semana durante estos veinte años, y esto con un salario mensual de 2400 dólares."
Sesenta dólares por semana ascienden a 240 dólares al mes. La décima parte de sus ingresos. Estaba pagándole el diezmo a su consejero, pero no estaba dispuesta a diezmar para la iglesia. Y admitió que no había mejorado nada por ello.
Otra mujer objetó a lo que llamaba el doble estándar de su analista. "Durante seis años fui a ver a mi analista cinco veces a la semana y me privé de muchos de los pequeños extras de la vida, como vestidos bonitos y vacaciones, para poder pagarlo. Pero cuando enfermaba y perdía una sesión, pasaba algo extraño. Mi analista insistía en que mi enfermedad era una especie de venganza psicosomática —que estaba subconscientemente resistiéndome al tratamiento. Naturalmente, siempre tenía que pagar. Pero cuando se iba para su acostumbrada vacación de un mes entero en agosto, dejándome a la deriva, sola y llena de pánico con muchos conflictos sin resolver, se suponía que yo tenía que entender cómo sus vacaciones no interrumpían el análisis".
Rollo May, una voz líder en la profesión desde sus comienzos a principios de la década de 1950, lamentaba que la psicoterapia hubiera sucumbido al afán de lucro y a las "añagazas". "La psicoterapia", dice él, "se ha convertido en un negocio donde tienes clientes y ganas dinero". Muchos que practican esta profesión afirman que para ser eficaz, el tratamiento debe constituir un sacrificio económico para el "paciente". Éste no lo respetaría si fuera una ganga. No hay para extrañarse de los chistes que hace la gente: Un neurótico es uno que construye castillos en el aire. Un psicótico es quien vive en ellos. Un terapeuta es el que cobra el alquiler.
7. A veces los hay que pagan una pequeña fortuna para ser analizados cuando lo que necesitan es un médico normal. Durante dos años de orientación, un autor se quejaba de que cuando trataba de leer se le nublaba la vista. El terapeuta le contestó que "la incapacidad para concentrarse era un síndrome típico en personas con ansiedades flotantes". Encontrando difícil ganar dinero suficiente para pagar al psicólogo, el consultante se fue a ver un oculista. Éste le sugirió que un par de gafas graduadas le curarían el síndrome. Se lo curaron.
8. Los consejeros cristianos pretenden refundir las mejores percepciones de hombres no regenerados como Freud, Rogers, Maslow y Jung con enseñanzas de la Biblia. Es una unión impía. En un congreso sobre consejería cristiana en 1988, Jay Adams dijo: "Con todo mi corazón os apremio a abandonar la tarea infructífera a la que he aludido: el intento de integrar el paganismo y la verdad bíblica... Pensad en los millones de horas, y en que más de una generación de vidas ya han sido gastadas en esta tarea sin esperanza. ¿Por qué no hay resultados discernibles? Porque sencillamente no es factible... El aconsejamiento tiene que ver con cambiar a la gente. Y ya sabéis, esto es cosa de Dios".
9. Ni siquiera en la mayor parte de la práctica del aconsejamiento cristiano se acepta la oración como "técnica" viable. Como mucho, se tolera. En el peor de los casos se descuida. Pocos terapeutas cristianos pasan un tiempo significativo orando con sus consultantes.
¿Hemos de creer que la oración tiene sólo una importancia marginal para contender con los problemas de la vida? ¿Acaso hemos estado equivocados todos estos años al creer que si cumplimos las condiciones de Dios, Él dará respuesta a nuestras oraciones?
10. En muchas iglesias, el ministerio es psicología con un ligero barniz de fraseología bíblica. La gente va a buscar pan, y recibe una piedra.
11. Para decirlo sin ambages, la psicoterapia no ha resultado eminentemente eficaz, y en muchos casos ha sido da ina.
En a ños recientes, algunos valientes autores cristianos han levantado señales de alarma acerca de toda el área de la consejería psicológica. Por ejemplo:

Capacitado para Orientar, por J. E. Adams (1970).
Psychology as Religion: The Cult of Self Worship [La Psicología como Religión: la secta de la adoración del yo], por Paul C. Vitz (1977).
The Psychological Way/The Spiritual Way [La vía psicológica/la vía espiritual], por Martin y Deidre Bobgan (1979).
Psychological Seduction [Seducción psicológica], por W. K. Kilpatrick (1983).
La seducción de la cristiandad, por David Hunt y T. A. McMahon (1985).
Psycoheresy [Psicoherejía], por Martin y Deidre Bobgan (1987).
Beyond Seduction [Más allá de la seducción], por David Hunt (1987).
Prophets of Psychoheresy [Profetas de la psicoherejía], por Martin y Deidre Bobgan.
Los opositores o bien han echado los libros a un lado con un ademán de desdén, o bien han acusado a sus autores de provocadores de divisiones y una multitud de otros males.
Sin embargo, tienen que enfrentarse ahora con el hecho de que profesionales no cristianos en este campo están publicando graves dudas y desilusión en cuanto a la psicoterapia. Unos pocos ejemplos son:

The Myth of Psychotherapy [El mito de la psicoterapia], por el doctor Thomas Szasz (1978).
The Shrinking of America [Psicoanalización y encogimiento de América], por Bernie Zilbergeld (1983).
Against Therapy: Emotional Tyranny and the Myth of Psychological Healing [Contra la Terapia: Tiranía Emocional y el Mito de la Sanidad Psicológica], por Jeffrey Masson (1988).

El doctor Szasz, profesor de psiquiatría en la Universidad Estatal de Nueva York, ha sido un crítico vocal durante años. Ha llamado a la psiquiatría una pseudo-ciencia, como la astrología y la alquimia. Afirma que el concepto de enfermedad mental es un mito, una cómoda etiqueta adoptada para disfrazar y hacer con ello más aceptable la amarga píldora del conflicto moral en las relaciones humanas. Insiste él en que ninguna forma de conducta anormal es una enfermedad, y que por tanto el tratamiento de las mismas no entra dentro del campo de la medicina.
Va aún más lejos. Dice que quizá la mayoría de las técnicas psicoterapéuticas son dañinas para los pretendidos pacientes. "Todas estas intervenciones y propuestas deberían por tanto ser consideradas como dañinas hasta que no se demuestre lo contrario".
Zilbergeld dice que por lo general es tan útil para un consultante hablar con un lego como con un profesional.
Jeffrey Masson es graduado del Instituto Psicoanalítico de Toronto y miembro de la Asociación Psicoanalítica Internacional. Tuvo el cargo de Director de Proyectos de los Archivos de Sigmund Freud. En el prefacio de Against Therapy [Contra la terapia], escribe: "Éste es un libro acerca de por qué creo que la psicoterapia, de cualquier tipo, es un error. Aunque critico a muchos terapeutas y terapias de manera individual, mi objetivo principal es destacar que el mismo concepto de psicoterapia es un error".
El doctor Hans J. Eysenck, profesor de psicología en la Universidad de Londres, descubrió que entre el 66 y el 77 por ciento de los "pacientes" neuróticos se recuperarán o mejorarán en gran parte con o sin psicoterapia. La mejora es espontánea.
O. Hobart Mowrer, profesor de psicología en la Universidad de Illinois, dijo: "Al ir desgranando el reloj de la historia las décadas de este siglo, hemos descubierto gradualmente que el gran postulado de Freud, esto es, que toda nuestra conducta puede ser achacada a otros y que la meta de la vida no es actuar moralmente, sino liberarnos de la culpa, nos ha hecho caer de la sartén al fuego".
La pretensión de que la psicoterapia tiene una gran proporción de éxitos no está basada en hechos. En el estudio de Cambridge-Somerville, delincuentes juveniles potenciales que recibieron orientación psicológica resultaron peores que el grupo de control que no había recibido orientación.
También se debería observar que en la psicoterapia se da un efecto psicosomático o de placebo. "Una intensa expectativa de mejora, alimentada por la promesa del terapeuta de que puede tratar con el problema de manera eficaz, lleva a una sensación de buenos resultados y de ecomio entusiasta, aunque no hay un cambio real".

Así que, ¿cuál es la conclusión? La conclusión es que "un gran movimiento revolucionario que prometía explicar en términos científicos todas las enfermedades neuróticas y curar muchas de ellas" ha fracasado en su intento. Y en tanto que muchos profesionales seculares están admitiendo que hay una práctica inexistencia de éxitos dramáticos y de curaciones, la iglesia evangélica se está apiñando más y más en torno a la psicoterapia en lugar de en torno a la Biblia como la panacea para las tensiones, ansiedades y otros problemas.
Citando de nuevo a Don Hillis: "Quizá sea ya el momento para que la iglesia haga un cierto examen de conciencia acerca del hecho de que personas religiosas estén volviéndose más a los psicólogos y psiquiatras que a la iglesia en busca de ayuda. Quizá alguien debería inquietarse cuando la juventud evangélica piensa que puede hacer más por la humanidad como psicólogos y psiquiatras que como pastores y evangelistas. Quizá un examen renovado del Libro revelará una psicología espiritual que proveerá respuestas espirituales a las necesidades emocionales y mentales del pueblo de Dios".
Hay lugar para la orientación, pero ha de ser orientación bíblica. No debe desplazar la Biblia, ni al Espíritu Santo ni la oración. No debe proveer excusas para el pecado ni aligerar a las personas de su responsabilidad personal.

Para más artículos analíticos sobre la psicología y la psiquiatría:
http://www.sedin.org/spanind.htm
http://www.psychoheresy-aware.org/
www.telefonica.net/web/familiaknott/Articulos.htm - "alerta sobre la psicoherejía"

jueves, 31 de julio de 2008

LLAMADO AL DISCIPULADO VERDADERO

Enseñanza de William MacDonald
Sobre El Discipulado


El hombre moderno ha desarrollado el arte peligroso de tomar las enseñanzas del Jesús, y sacarlas de su verdadero sentido. En lugar de entenderle literalmente, inventamos setenta y dos razones teológicas para que el texto no pueda significar lo que dice. Resulta que hoy en día hay una inmensa diferencia entre el cristianismo que vemos y el del Nuevo Testamento. Hoy por hoy, ser un cristiano significa asistir a unas reuniones los domingos, poner un poco de dinero en la ofrenda, y dar al Señor un poco del tiempo libre que tenemos, de vez en cuando... muy “equilibrados”, que en este caso quiere decir, neutralizados. ¿Es éste el verdadero cristianismo del Neuvo Testamento? ¡No! El verdadero cristianismo es una vida de discipulado radical, de servicio sacrificial, de compromiso total al Hijo de Dios. Significa buscar primeramente el reino de Dios y Su justicia (Mt. 6:33), porque para esto vivimos, no es un acesorio en la vida del discípulo del Señor.
A. W. Tozer, en su libro: Nacido Después De Medianoche, dijo: “Cristo insiste en que los hombres tomen sus cruces y le sigan; nosotros les llamamos a divertirse en Su nombre. Él les llama a negar al mundo; nosotros les aseguramos que el mundo es su galardón. Él les llama a sufrir penalidades; nosotros les llamamos a disfrutar todas las comididades que profee la civilización moderna. Él les llama a la auto-negación y la muerte; y nosotros les ofrecemos ser populares y tener reconocimiento en el mundo, prolongar sus vidas; aun pueden ser “estrellitas” en algún teatro religioso. Él les llama a la santidad; nosotros les llamamos a pasarlo bien, a divertirse, a una felicidad baja, barata y frágil, tan pobre que hubiera sido rechazada rotundamente por el menor de los filósofos estóicos”.
Y en esta linea de pensamiento, pregunto: ¿qué diremos de los que pretender evangelizar con payasos, títires, disfraces de conejos, etc.? ¿Por qué los profetas y apóstoles nunca hiceron tales cosas?
En su libro: Este Increíble Cristiano, Tozer dijo: “Nuestro Señor llamó a los hombres a que le siguiesen, pero nunca hizo al camino parecer fácil. De hecho, al leer el Nuevo Testamento, uno tiene la impresión de que lo puso bastante difícil. A veces dijo cosas a los discípulos o a discípulos potenciales, que hoy en día nosotros expresamente evitamos repetir cuando evangelizamos. ¿Cuál es el evangelista que hoy diría a una persona interesada en el cristianismo: “si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá, y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará”? ¿Y no damos muchas vueltas para exlicar cuando alguien nos preguunta qué quiso decir el Señor cuando dijo: “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra”. Este tipo de cristianismo tan robusto, tan vigoroso, es dejado para algún misionero o quizás algún creyente que vive detrás de un de las “cortinas” represivas. Las masas de los que profesan ser cristianos hoy en día, francamente no tienen la fuerza moral para caminar una senda tan dura, tan decidida y final como ésta. El ambiente moral no favorece una fe tan duradera como la del Señor y Sus discípulos. Los santos delicados, blandengues y quebradizos que se producen en nuestros invernaderos religiosos no son comparables con los creyentes tan comprometidos y dedicados que testificaron al mundo de entonces. Y la culpa la tienen nuestros líderes [realmente la compartimos todos los que tenemos una Biblia para leer y seguir], porque son tan tímidos o mundanos que no nos dicen toda la verdad. Ahora piden a las congregaciones que den a Dios lo que no les cuesta nada. Nuestras iglesias están llenas, o media llenas, de una clase de cristiano que tenemos que alimentar con un régimen de diversión para que mantenga su interés y siga asistiendo. Sobre teología saben poco, y casi nadie ha leído siquiera uno de los libros clásicos del cristianismo. Más bien conocen a la ficción religiosa y las películas sensacionales. No es extraño, entonces, que su carácter sea tan frágil. Solamente podemos decir sobre tales personas que son los débiles y cuestionables adheridos a una fe que nunca han llegado a comprender”.
Hermanos y amigos, el Señor Jesucristo busca hoy a los que quieren aceptar de manera literal Sus enseñanzas y obedecerlas, aun cuando no vean a nadie más haciéndolo. Busca a hombres y a mujeres, a jóvenes y ancianos:
· Que están cansados de vivir vidas de egoísmo y comodidad.
· Que están cansados de la rutina religiosa sin vida, sin poder, sin eficaciad.
· Que se dan cuenta de que las cosas materiales no llenan, no traen la verdadera felicidad.
· Que ven que estamos aquí para algo más importante que acumular cosas.
· No somos maniquís que estrenan ropa de la última moda
· No somos animales domesticados cuya vida es comer y dormir
· No somos reyes ni playboys que viven en lujo, juegan y se divierten
El Señor busca a discípulos que odian la tiranía del desfile de las modas, el mundo culinario, el rollo de la vida social y la secta que hace culto al cuerpo hermoso. Él busca a personas que estan decididas a encontrar la realidad de la vida cristiana. Con vergüenza muchas veces hemos tenido que reconoce que en su día los comunistas dieron más para que prosperara su causa, que los llamados cristianos hacen para la fe verdadera. Es verdad en las sectas a veces también, que los suyos trabajan y se esfuerzan mucho más a favor de sus errores que nosotros hacemos para propagar la verdad.
Muchas personas están dispuestas a hacer para causas políticas y sociales más de lo que hacen para propagar el evangelio. Piensan que es más importante pintar el Titanic que meter a la gente en las barcas de rescate.
Resumiendo: hay un Señor divino, sabio, bueno, todopoderoso, un maestro sublime, pero ¿dónde están Sus discípulos verdaderos? Hay una vida de discipulado, toda una dimensión de vida distinta, en el mismo planeta, pero con otros propósitos y prioridades, comprometida, gozosa, eficaz, real. ¿Pero quién la quiere vivir? ¿Alguien se apunta?

(de notas copiosas tomadas en repetidas ocasiones durante años bajo la instrucción de William MacDonald)

EL ADIVINO


Un amigo mío viajaba en tren. Cinco de las nueve personas en el vagón comenzaron a jugar a las cartas con una baraja francesa/americana. Invitaron a los demás a unirse a ellos y jugar, pero todos rehusaron. Vieron a mi amigo mirando y le dijeron: “Usted sabe jugar. Venga y juegue”.
“Sí, una vez sabía cómo jugar, pero hace muchos”, respondió. Pensando que podrían ganar su dinero, siguieron animándolo hasta que al final dijo: “No puedo jugar, pero puedo decirles su futuro”. Intrigados por esta oferta, le animaron a hacerlo. “Si en verdad lo desean, pero les advierto que puede que no sea muy agradable”. Insistieron, así que él dijo: “Denme el cinco de picas”. Se la dieron. “Necesitaré una cosa más, si no les importa”. Al preguntarle qué era, la respuesta fue: “una Biblia”, pero dijeron que no tenían ninguna. “No, pero en el pasado cada uno de ustedes la tenía”, dijo el adivino, “y de haber seguido sus preceptos, no serían lo que hoy son. Pero tengo una conmigo”. Al sacar la Biblia de su bolsillo, sintió que ellos hubiesen estado más contentos si él hubiera sacado una pistola.
El adivino comenzó: “¿Ven las dos picas de arriba en esta carta? Ellas representan sus dos ojos. La del medio representa su boca, y estas otras dos de abajo representan sus rodillas. Ahora bien, en Apocalipsis 1:7 leemos: ‘He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá’. Aquí habla de Jesús, que una vez estuvo rojo con Su sangre derramada por pecadores como ustedes y yo. Los ojos son los ojos de ustedes, que le verán cuando estén delante de Él para ser juzgados. Éste es el futuro de sus ojos”. Entonces, continuó: “Respecto a su boca y sus rodillas, leemos: ‘para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre’
Ellos ya habían oído más de lo que querían, pero él continuó: “Ésta sólo es la primera lectura de esta carta. Ahora la segunda: Estas cinco picas representan cinco palas que puede que dentro de poco caven los fosos de ustedes cinco pecadores. Entonces sus almas estarán en el infierno clamando en agonía con gran añoranza de una sola gota de agua.
Después de una pausa en silencio, dijo: “Yo sin duda era peor que todos ustedes, y ustedes se escaparán de esta terrible fortuna si hacen lo que yo hice. Con los ojos vi que Jesucristo había muerto en una cruz por mí, llevando mi condenación. Mi lengua le confesó como Señor, y mis rodillas se doblaron a Él en humilde sumisión. Si hacen esto, puedo predecirles lo contrario de todo lo que he dicho anteriormente”. Entonces, el tren paró y aquellos cinco hombres salieron corriendo como si estuviera ardiendo el vagón.
Años después, mi amigo fue saludado por alguien que le deseó “buenas noches”. “Son buenas noches si usted tiene todos sus pecados perdonados”, él respondió.
“Me alegro de ver que usted todavía adivina el futuro”, dijo el extraño. Mi amigo le aseguró de que él no hacía nada así, pero el hombre insistió. “Usted me dijo el futuro hace más de diez años”, y le recordó aquel viaje en tren.
“¡Ah! Recuerdo” dijo. “¿Le dije la verdad?” El hombre le dijo que tres palas ya habían cavado tres fosos de los cinco, y que el cuarto hombre estaba ansioso de ser salvo de la fortuna que le había sido declarada. Curioso, mi amigo pregunto: “¿Y usted?”
“Cuando usted nos encontró, mi madre acabó de morir. Las últimas palabras que ella me dijo eran éstas: ‘He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá’. Cuando usted citó estas mismas palabras, no me lo podía creer. Intenté ahogarlas con bebida, pero continuamente escuchaba: ‘todo ojo le verá’. Un día paré en la calle para escuchar a algunos que cantaban, y uno de ellos se puso a predicar, diciendo: ‘He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá’. Fue más de lo que podía soportar. Aquella noche mis ojos vieron a Jesucristo como mi Salvador, entonces doblé mis rodillas en sumisión a Él y con mi lengua le confesé como mi Señor.
(Filipenses 2:10-11). – W.L.

“Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:9-10,13).