¿Choque Cultural En El Rapto?
R.E. Harlow
El término “choque cultural” describe la sorpresa y dificultad que siente el misionero al tener contacto con personas en un país distinto al suyo. A los misioneros prospectivos se les recomienda que aprendan de antemano algo de la cultura del país a dónde van.
Todos los creyentes irán al cielo cuando venga el Señor. La resurrección de Cristo garantiza Su venida a por los Suyos. Debemos saber algo de las condiciones allí y considerar cómo son diferentes a nuestro estilo de vida corriente.
1. No habrá dolor, fatiga ni debilidad en el nuevo cuerpo. Esto será un cambio dichoso para muchos.
2. No habrá lazos familiares. Tampoco habrá matrimonio ni bodas.
3. No habrá las distinciones sociales, económicas y étnicas que prevalecen tanto hoy en día; ni lujo ni pobreza; y no habrá deporte.
4. Sin embargo, habrá otras distinciones muy grandes en el cielo. Algunos recibirán coronas, y no todas las coronas son iguales. La Biblia no enseña que todos los creyentes recibirán todas las coronas. Si los galardones vienen en base a servicio en sacrificio, quizá algunos misioneros destacarán más.
5. En el cielo el dinero no figurará; un contraste fundamental con nuestra cultura presente. Una posible cause de sorpresa y choque en el rapto será el cambió repentino de rango social: muchos que se pensaban pobres descubrirán que son ricos, porque hicieron tesoros en el cielo. Por contrapartida, otros que estaban acostumbrados a la afluencia podrán encontrarse allí sin nada.
6. Lo más importante es que en el cielo Cristo será central y supremo. Esto será un choque para los creyentes egoístas. La alabanza y la adoración llenarán nuestras bocas y nuestros días. Debemos prepararnos para esto, viviendo para Él y cediéndole el lugar supremo en nuestros corazones y vidas.
Por un lado, por la sangre de Cristo nos ha preparado para ir al cielo, gracias a Dios, pero por el otro lado, debemos prepararnos para vivir allí, meditando en la Palabra de Dios y viviendo según los valores celestiales que ella enseña. Los creyentes somos ciudadanos del cielo, pero, amigo, ¿estás realmente preparado para el rapto?
Todos los creyentes irán al cielo cuando venga el Señor. La resurrección de Cristo garantiza Su venida a por los Suyos. Debemos saber algo de las condiciones allí y considerar cómo son diferentes a nuestro estilo de vida corriente.
1. No habrá dolor, fatiga ni debilidad en el nuevo cuerpo. Esto será un cambio dichoso para muchos.
2. No habrá lazos familiares. Tampoco habrá matrimonio ni bodas.
3. No habrá las distinciones sociales, económicas y étnicas que prevalecen tanto hoy en día; ni lujo ni pobreza; y no habrá deporte.
4. Sin embargo, habrá otras distinciones muy grandes en el cielo. Algunos recibirán coronas, y no todas las coronas son iguales. La Biblia no enseña que todos los creyentes recibirán todas las coronas. Si los galardones vienen en base a servicio en sacrificio, quizá algunos misioneros destacarán más.
5. En el cielo el dinero no figurará; un contraste fundamental con nuestra cultura presente. Una posible cause de sorpresa y choque en el rapto será el cambió repentino de rango social: muchos que se pensaban pobres descubrirán que son ricos, porque hicieron tesoros en el cielo. Por contrapartida, otros que estaban acostumbrados a la afluencia podrán encontrarse allí sin nada.
6. Lo más importante es que en el cielo Cristo será central y supremo. Esto será un choque para los creyentes egoístas. La alabanza y la adoración llenarán nuestras bocas y nuestros días. Debemos prepararnos para esto, viviendo para Él y cediéndole el lugar supremo en nuestros corazones y vidas.
Por un lado, por la sangre de Cristo nos ha preparado para ir al cielo, gracias a Dios, pero por el otro lado, debemos prepararnos para vivir allí, meditando en la Palabra de Dios y viviendo según los valores celestiales que ella enseña. Los creyentes somos ciudadanos del cielo, pero, amigo, ¿estás realmente preparado para el rapto?
traducido de la revista Missions (“Missiones”) por Carlos Tomás Knott