viernes, 19 de julio de 2019

EL HADES

Hay mucho que no sabemos relativo a lo que hay más allá de la partida de la vida mortal y de los portales de la muerte. Sí sabemos que la muerte no es el fin de la existencia humana, sino el comienzo de otra dimensión de conciencia de naturaleza eterna, una dimensión tan real como la tridimensional en la cual vivimos los mortales.
    La Biblia da limitada información sobre la existencia que llevan aquellos que mueren sin Cristo y sin esperanza. Da menos información sobre el estado presente y las actividades de aquellos que por medio del arrepentimiento ante Dios y la fe en el Señor Jesucristo han recibido el perdón de pecados y han pasado por la muerte física a la presencia del Señor. Todo lo que sabemos es que están con Él y, sea lo que fuera que eso significa, es “mucho mejor” (Filipenses 1:23).
    La mayor parte de la información que tenemos sobre el actual destino de aquellos que han muerto en delitos y pecados nos viene de la historia del rico y Lázaro, contada por el Señor y registrada en Lucas 16. No hay razón para creer que fuera una parábola. Jesús nunca usó un nombre propio en una parábola. Fue un incidente conocido por Cristo gracias a Su omnisciencia y relatado por Él en el curso de Su ministerio de enseñanza. De ello podemos extraer la siguiente información relativa al Hades y a los que están confinados allí.

    · Están plenamente conscientes.
    · Están en continuo tormento.
    · Pueden ver la bendición de los justos, pero están privados de cualquier participación en esa bienaventuranza.
    · Están condenados para siempre a recordar las decisiones que llevaron a su condenación.
    · Están torturados por la impotente preocupación por sus seres queridos que aún viven como mortales.
    · Su temible destino no puede ser acortado o mejorado por cualquier persona o institución humana.
    · No tienen esperanza de apelación, perdón o suspensión de la sentencia, y sin embargo, oran para ser aliviados del tormento.
    · No hay indicio de fraternidad o mutua condolencia de los compañeros de sufrimiento. Cada alma existe en su propia esfera personal de tortura sin el consuelo del compañerismo.
    · A todo habitante del Hades le espera la sentencia definitiva y eterna del Lago de Fuego, cuando los libros sean abiertos en el juicio del Gran Trono Blanco.

    El autor de Hebreos, bajo la inspiración del Espíritu Santo, describe el destino de aquellos que se encuentran en el Hades, y también las razones básicas por las que éste llegó a ser su destino.

    “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.
    “El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos, muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo.

    ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”
    Hebreos 10:26-31
               
del libro Hablaron Desde el Infierno, por Miller, 1978, CLIE, págs. 190-192. lástima que el libro lleva años agotado, y CLIE no vuelve a imprimirlo

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