viernes, 30 de diciembre de 2022

El 25 de diciembre, ¡FUM FUM FUM!

¿N A V I D A D?

El 25 de diciembre es el día señalado en nuestro calendario como el día del nacimiento, como dice el villancico "un niñito muy bonito ha nacido el el portal". Suena bien, pero, ¿es verdaderamente el día en que nació Jesucristo? ¿Son las costumbres de estas fechas de origen cristiano, o son las navidades el resultado de la unión entre el  paganismo y la cristiandad?
      Como hemos de ver, ¡el 25 de diciembre no es la fecha en que Jesucristo nació! Por ejemplo, es evidente que nuestro Salvador no nació durante el invierno, pues cuando Él nació, los pastores velaban sus rebaños en el campo. “Y había pastores en la misma tierra que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su ganado” (Evangelio según S. Lucas 2.8).
     Es conocimiento común en Israel que, debido a la imtemperie, los pastores no hacen eso durante el invierno. Siempre traen sus rebaños de las montañas y los campos a los rediles antes del 15 de octubre. Con esto está abundantemente claro que Jesucristo no nació en invierno, pues toda la zona del Belén, Jerusalén y la Sefela está sujeta a nevadas y fuertes heladas hasta finales de febrero o principios de marzo.

Belén nevada, y esto no es raro

   Si no nació en diciembre, ¿cómo llegó el 25 de diciembre a ser el día que la cristiandad celebra como el dí de Su nacimiento? La historia nos da la respuesta. ¡En lugar de ser este día el nacimiento de nuestro Salvador, este era el día en que los paganos, durante muchos siglos, celebraron el nacimiento de "Deo Sol Invictus" su dios solar!

Un estudio de esto demuestra cuánto se rebajaron los responsables de la Iglesia Católica Romana en sus esfuerzos por unir el paganismo con el cristianismo, hasta el punto de poner el nacimiento de Jesucristo en una fecha que armonizaba con la celebración pagana del nacimiento del dios sol.
      Amigo, seas quién seas, si celebras en estos días la Navidad y los Reyes como algo cristiano, ¡estás equivocado! Pero lo peor es que el sentido de la verdadera Navidad ni siquiera está presente en estos días. Son fechas para la reconciliación superficial y momentánea, para organizar la gran comilona familiar. Comprar, comer, beber, reír y olvidar son los cinco verbos presentes, y ¿qué de la verdadera Navidad? ¿Qué de ese Nacimiento único y especial de Dios manifestado en carne? El que nació vino para darnos vida, no para darnos una fiesta. Jesucristo vino, nació para morir como dijo S. Pedro, llevando "nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero". No había árbol de navidad, sino solo la cruz, instrumento de muerte cruel del imperio romano. Pero Cristo vive, pues resucitó, y ascendió vivo al cielo - Él, no María. Cristo está sentado a la diestra de Dios Padre. Cristo, no la Iglesia, te ofrece perdón de pecados y vida eterna en virtud de Su muerte como nuestro Sustituto: el Cordero de Dios. 

     Éste es sin duda el mejor regalo. Nunca se caduca, y es gratis. No hay que pagar nada, ni se puede ganar a cambio de obras de piedad o devoción. La gracia de Dios a ti es gratis, pero esto es porque el Señor Jesucristo pagó con Su vida en la cruz. Nació, murió, resucitó, ascendió y vive a la diestra del Padre. Sólo Él puede salvar perpetuamente a todos los que por Él se acercan a Dios (Epístola a los Hebreos 7.25).
    Tú que sigues la tradición y la mayoría, y celebras en estos días la Navidad y los Reyes, reflexiona y considera que el nacimiento de Jesucristo fue para reconciliarte perpetuamente con Dios, si te arrepientes de tus pecados y confías únicamente en Él. 

    Es cierto que fue necesario Su nacimiento, pero mucho más Su muerte, ya que mediante ella, por la fe en Aquel que murió por ti, puedes obtener la salvación eterna.