martes, 22 de abril de 2014

Dios Vela Sobre Nosotros Para Bien

En cuanto al creyente, es amado por el Señor, y es imposible que le acontezca nada que sea realmente malo. Las calamidades que más le exprimen, como mucho sirven para abreviar su peregrinaje y acelerar su llegada a la recompensa eterna. No existe mala suerte para el creyente, porque aun el mal es para él algo bueno disfrazado misteriosamente. Las pérdidas le enriquecen, la enfermedad le es medicina, los reproches son su honor, y la muerte le es ganancia. Ningún mal le puede suceder, en el sentido más estricto, porque Dios vela sobre él para bien. Gozoso es aquel cuyo caso es así. Está seguro donde otros están en peligro, y vive donde otros mueren.

C. H. Spurgeon

Sal. 91:10; Sal. 121:7-8; 2 Ts. 3:3; 1 Jn. 5:18; Pr. 12:21; 2 P. 2:9;
2 Ti. 4:18; Sal. 34:19; Sal. 119:50, 67, 71, 75, 107 



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