miércoles, 27 de noviembre de 2013

El ZAGAL Y LAS OVEJAS



Apacentando un Joven su ganado, 
gritó desde la cima de un collado: 
«¡Favor!, que viene el lobo, labradores.» 
Estos, abandonando sus labores, 
acuden prontamente, 
y hallan que es una chanza solamente. 
Vuelve a clamar, y temen la desgracia; 
segunda vez los burla. ¡Linda gracia! 
Pero ¿qué sucedió la vez tercera? 
Que vino en realidad la hambrienta fiera. 
Entonces el Zagal se desgañita, 
y por más que patea, llora y grita, 
no se mueve la gente escarmentada, 
y el lobo le devora la manada. 
¡Cuántas veces resulta de un engaño, 
contra el engañador el mayor daño!

Félix María Samaniego (1745-1801)

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