miércoles, 10 de octubre de 2018

LUTERO RECHAZÓ LA LEY COMO NORMA DE VIDA

¿Quién de los teólogos principales de la iglesia en generaciones pasadas enseñó que el creyente está libre de la ley de Moisés? Es sorprendente descubrir que uno de los arquitectos principales de la teología de la reforma, Martín Lutero (1483-1551), mantuvo y enseñó esa posición. Martín Lutero, en su comentario sobre la epístola de Pablo a los Gálatas, escribió:

    “Y aquí Pablo habla no solo de la ley ceremonial, sino de toda la ley, sea ceremonial o moral, que para el cristiano ha sido totalmente abrogada, porque él está muerto a la ley. No que la ley haya sido quitada totalmente; no, ella sigue, vive y reina todavía en los malos. Pero el hombre piadoso está muerto a la ley, como está muerto al pecado, el diablo, la muerte y el infierno; cosas que sin embargo todavía existen, y el mundo y todos los malos morarán en ellos. Por lo tanto, donde el papista entiende que sólo la ley ceremonial ha sido abolida, debes entender que Pablo y todo cristiano está muerto a la ley, y sin embargo toda la ley permanece. Por ejemplo, Cristo al resucitar de la muerte está libre del sepulcro, y sin embargo el sepulcro permanece. Por lo tanto estas palabras: ‘soy muerto a la ley’ son muy eficaces. Porque no dice: ‘soy libre de la ley por un tiempo’, ni ‘soy señor sobre la ley’, sino simplemente: ‘soy muerto a la ley’, esto es, nada tengo que ver con la ley...  Ahora bien, morir a la ley significa ya no tener obligación a guardarla, sino estar libre de la ley y no conocerla. Por eso, el que quiera vivir para Dios, que se esfuerce para ser hallado sin la ley, y que salga del sepulcro con Cristo”

En esta cita el reformador intrépido hace varios puntos que van en contra de la teología reformada moderna, pero para sorpresa de algunos están de acuerdo en el dispensacionalismo. Primero, dice que la ley de Moisés no puede ser dividida en secciones, algunas de las cuales son para el creyente y otras que fueron eliminadas por la muerte de Cristo. Escribe: “Pablo habla no solo de la ley ceremonial, sino de toda la ley...”  Segundo, avanza la idea de que la ley ya no tiene poder sobre el cristiano, ni siquiera como norma de vida, porque el cristiano está en Cristo, y por lo tanto, muerto a la ley. Lutero escribe: “toda la ley, ya sea ceremonial o moral, para el cristiano ha sido abrogada, porque él ha muerto a ella. No que la ley haya sido quitada; al contrario, permanece, vive y reina todavía en los malos. Pero el hombre piadoso está muerto a la ley, como está muerto al pecado, el diablo, la muerte y el infierno...”  Lutero apela a Romanos 6 y 7 para apoyar su posición respecto al cristiano y la ley. Razona que su posición es contextual, apoyada por buena teología, y está en oposición al catolicismo (“Papista”). Si los líderes calvinistas persisten en su opinión de los dispensacionalistas como antinomios, también deben tachar de antinomio al gran líder de la Reforma: Martín Lutero. 

 del libro LIMITANDO LA OMNIPOTENCIA, por David Dunlap,
próximamente disponible, d.v.

martes, 2 de octubre de 2018

La Regeneración NO Viene Antes De Creer


Otro error común de calvinistas y la teología de la reforma es enseñar que la regeneración precede la fe, y da vida al incrédulo para que luego crea. Este error es debido a las ataduras de su sistema de lógica y silogismos. Ya que enseñan que la depravación total significa incapacidad total, algo tienen que inventar para salir del problema de cómo puede uno creer. Entonces, enseñan que Dios da vida al que está muerto en delitos y pecados, ANTES de que crea, para que LUEGO crea. ¡Esta teoría produce la anomalía de incrédulos que son regenerados! Veamos como David Dunlap comenta sobre este error.
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   La Palabra de Dios enseña que un hombre recibe vida al recibir a Jesucristo como Señor y Salvador. Es por eso que nuestro Señor dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Jn. 14:6) No dijo: “Tengo el camino, y la verdad, y la vida” como si Él fuera simplemente una fuerza, poder o mero agente que nos da vida eterna. Nuestro Señor, antes de resucitar a Lázaro de entre los muertos, declaró: “Yo soy la resurrección y la vida” (Jn. 11:25). No dijo: “tengo vida para impartir”. Esto nos conduce a la sencilla verdad de que para tener la vida, es necesario tener a Jesucristo. Puesto que Jesucristo es la vida, el Espíritu debe introducirnos en una unión viva y vital con Él. El nuevo nacimiento o la regeneración nunca puede divorciarse de una relación viva con Cristo. El apóstol Juan escribio: “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Jn. 5:12). En las epístolas del apóstol Pablo, vemos cómo él emplea con cuidado la expresión de gran significado: “en Cristo”, para explicar esta verdad. “...Si alguno está en Cristo, nueva criatura es...” (2 Co. 5:17). Pablo nunca se imaginó que la regeneración precedía la fe en Cristo, que entonces también precedería la relación de Cristo en nosotros, “la esperanza de gloria” (Col. 1:27). La doctrina neotestamentaria está clara: el Espíritu Santo de Dios produce el nuevo nacimiento, que nos da vida nueva, y esa vida nueva está en el Señor Jesucristo.
    La obra de la regeneración está condicionada sobre la fe. La fe debe preceder el nuevo nacimiento. Es Dios que únicamente imparte la nueva vida en Cristo. La nueva vida en Cristo da una nueva naturaleza o disposición, por la que ahora tenemos una relación con Dios. Uno de los mejores resúmenes del órden espiritual de la obra de Dios en la regeneración viene de Sir Robert Anderson:

    “Es por la Palabra que el pecador nace de nuevo para Dios. Como declara la Escritura: ‘renacidos...por la Palabra de Dios que vive y permanece para siempre’. Y para prevenir todo error, añade: ‘Y ésta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada’. Fue anunciada como ya dijo el apóstol: ‘os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo’. No el Espíritu sin la Palabra, ni la Palabra sin el Espíritu, sino la Palabra predicada en el poder del Espíritu. Dios nunca es arbitrario; pero siempre es soberano. Los hombres predican, el Espíritu sopla, y los huesos secos viven. Así los pecadores nacen de nuevo para Dios”. 
Sir Robert Anderson, Redemption Truths (“Verdades de la Redención”), Kilmarnock, GB: Ritchie, 1940, p. 152

Del libro LIMITANDO LA OMNIPOTENCIA, próximamente disponible de Berea Libros y Gospel Folio Press.

lunes, 1 de octubre de 2018

LA PSICOLOGÍA Y LA PSICOTERAPIA


     De acuerdo con el Diccionario de Merriam-Webster, la psicología es definida como  "la ciencia de la mente y del comportamiento".  ¿Es la psicología una ciencia?  Bueno, sí y no, dependiendo del entendimiento del término "ciencia".Si uno considera el estudio de la psicología como simplemente la búsqueda del conocimiento del comportamiento humano, algunos estarían satisfechos con la definición de la psicología como una ciencia.  Sin embargo, ese significado es muy vago y está bastante lejos de un real conocimiento científico obtenido a través de una metodología científica que implica la observación objetiva, pruebas, pruebas de hipótesis, inducción, repetición y verificación y en última instancia, dando por resultado un comúnmente aceptado conocimiento acumulativo. La psicología difiere en gran medida, por ejemplo, de las ciencias de la astronomía, física, química, geología y la biología, cuyo conocimiento ha sido acumulado a través de medios objetivos.
     La psicología afirma ser una ciencia, pero no ha podido producir la documentación objetiva necesaria para probar que realmente es una ciencia. Su énfasis principal es sobre el comportamiento humano, que no puede cuantificarse en ninguna manera significativa. La naturaleza de elecciones humanas es extremadamente subjetiva, la cual implica las emociones, valores y conciencia, y que ninguna de las cuales puede ser medida; y tampoco se puede hacer eso con la mente, ya que no es una parte física de la composición humana. El problema o dilema en definir la psicología como una ciencia no sería digno de debate, excepto que el término "ciencia" ejerce gran influencia. Legítimo o no, la etiqueta de "ciencia" impresiona a las masas.
     Existen como 100 disciplinas de psicología las cuales cubren muchas áreas desde un análisis de comportamiento aplicado a una psicología transpersonal.  La psicoterapia, o asesoramiento psicológico, o psicología clínica, es la más prevalente.   Los estadounidenses gastan más de 200,000 millones de dólares al año tratando de curar o aliviar sus trastornos emocionales y mentales,  generalmente a través de la psicoterapia.
     La psicoterapia, que es también llamada, "la terapia verbal (o hablada)" o simplemente "terapia", es un proceso por el cual se trata de solucionar problemas psicológicos a través de una comunicación y factores en una relación entre una persona (paciente o cliente) y un profesional capacitado de salud mental.       La psicoterapia es realmente psicoherejía. Su engaño sutil abre la puerta a otras decepciones, substitución o adición de opiniones que no han sido verificadas a través de medios objetivos, opiniones de hombres que no son científicas y que son añadidas a la Palabra de Dios, y por lo tanto de esta manera, restando la confianza absoluta en la verdad bíblica acerca de Dios.  
     La psicoherejía niega la suficiencia de las Escrituras en lo que respecta a la mente, alma y voluntad.  Esta intrusión de nociones psicológicas proviene de la sabiduría de los hombres y llega a influenciar la predicación y la práctica del Cristianismo, especialmente en cuanto a la naturaleza del hombre, cómo él vive y cómo él cambia.  Es imperativo que examinemos cómo estas ideas psicológicas pueden engañar a los cristianos. En cuanto a la aplicación de la psicoterapia a los problemas de la vida, lo que hace es socavar la fe de un creyente con respecto a los asuntos del alma. Una vez que una persona se aparta de la infalible, autoritativa y suficiente Palabra de Dios, ésta persona se hace vulnerable a decepciones en muchas otras áreas.   
     La psicoterapia se basa en las teorías de la personalidad que son simplemente opiniones  no comprobadas y de origen ateo, agnóstico y de otra índole, no cristianos. Estas teorías no son como las teorías científicas. Son simplemente colecciones de opiniones seculares y, en muchos casos, estas creencias a menudo se contradicen entre sí. La terapia, en realidad es un proceso que simplemente requiere "hablar", lo cual incluye los problemas  del cliente o paciente y el ayudar al cliente a verse a sí mismo, desde el punto de vista de cualquier teoría en particular, que es utilizada por el terapeuta. La psicoterapia (o consejo psicológico) es el más subjetivo y por lo tanto la rama más engañosa de la psicología.
     El "Sincretismo" es "la combinación de diferentes formas de creencia o prácticas".  Es una de las técnicas más atractivas y engañosas de Satanás, ideadas para destruir la verdadera fe y socavar la confianza del cristiano en la Palabra de Dios y su dependencia en Cristo. La psicoterapia y sus psicologías subyacentes son realmente religiosas en naturaleza y en práctica. ¡Son como agua y aceite! El eufemismo para este tipo de Sincretismo es "integración", que se produce cuando se combinan dos o más ideas o sistemas. Sin embargo, creencias psicoterapéuticas no pueden integrarse verdaderamente con la Escritura. Una trabaja con el hombre viejo en la carne (carnal); y el otro trabaja con el nuevo hombre en Cristo (espiritual). Existe una enemistad entre ambas, así como la carne y el espíritu son contrarias entre sí (Gálatas 5:17) y así como el hombre carnal está en enemistad con Dios (Romanos 8:7). No se mezclan, porque son enemigos como los ídolos de las naciones alrededor de Israel estaban en enemistad con Dios.
     Los cristianos que mezclan la psicología con la Biblia no están practicando ni promocionando una integración ordinaria, sino un sincretismo religioso, sobreponiendo su psicología con la Biblia.  Esto en última instancia va a camuflar los sistemas religiosos psicológicos que están utilizando y también este psico-sincretismo subvierte y sustrae de la fe. La "integración" de la psicología con el Cristianismo atrae a aquellos Cristianos quienes creen que lo que se está descubriendo acerca de la mente, la voluntad y las emociones es ciencia, que es parte de la creación de Dios aún por descubrirse de la misma manera que se han hecho descubrimientos en física, química y biología. Al mismo tiempo que la psicología tergiversa su definición y se hace pasar como ciencia, sus ideas psicoterapéuticas son organizadas en teoría y muchos pastores no se dan cuenta que estas teorías científicas son simplemente otro sistema competitivo de creencia.   
     En lugar de añadir conocimiento al conocimiento con descubrimientos más recientes sobre un cuerpo de información sólida, en este caso, un sistema contradice al otro, un conjunto de opiniones se intercambia por otro, y un conjunto de técnicas sustituye al otro. La psicoterapia cambia o se adapta con las actuales tendencias culturales. Sólo el saber que este sistema es una acumulación de unos 500 sistemas psicoterapéuticos, cada uno demandando y pretendiendo superioridad, debería disuadir a cualquier persona de pensar que tantas opiniones diversas no pueden ser científicas ni tampoco objetivas. La psicoterapia y sus psicologías subyacentes son acumuladas en una gran confusión, con su pseudo-conocimiento y pseudo-teorías resultando en una pseudo-ciencia.      
     El sueño del hombre en poder descubrir un análisis de la naturaleza humana por medio de la ciencia y poder desarrollar un estudio científico para el tratamiento de una conducta o comportamiento inaceptable ha sido muy seductivo.   La esperanzada ciencia del comportamiento humano, prometía mucho a aquellos quienes han estado batallando para descifrar o desenredar la enorme complejidad de personalidades individuales en circunstancias complejas similares.  Por lo tanto, a través del estudio y la imaginación, los psicólogos persiguen el sueño del descubrimiento de métodos científicos de observación, y de explicar y transformar el comportamiento humano.
     La psicología clínica y su arma activa de psicoterapia han indudablemente adoptado una postura científica. Sin embargo, desde un punto de vista estrictamente científico no han podido cumplir con los requisitos requeridos. Al intentar evaluar el estado de la psicología,  la Asociación Psicológica Americana nombró a  Sigmund Koch para planificar y dirigir un estudio que ha sido subvencionado por la Fundación Nacional de Ciencia. Este examen involucró ochenta eminentes eruditos, quienes evaluaron los hechos, teorías y métodos de la psicología.  Los resultados de este amplio estudio fueron publicados en una serie de siete volúmenes titulados "La Psicología: El Estudio de una Ciencia".
     Koch describe el engaño de las personas quienes representan la psicología como ciencia.  Él dice: "La esperanza de querer demostrar que la psicología es una ciencia no ha dado resultado, ya que el resultado llegó a ser indistinguible o no ser diferente de lo que ya se llama ciencia psicológica. Toda la historia posterior de la psicología puede ser vista o definida como una actividad ritualista, que lo en realidad hace es emular las formas de una ciencia, para mantener la ilusión de que la psicología en sí, es una ciencia.
Koch dice: "A lo largo de la historia de la psicología como ciencia, el verdadero o real conocimiento ha sido uniformemente negativo". Él afirma que gran parte de la psicología no es una disciplina acumulativa o progresiva en la que se agrega conocimiento al conocimiento. Más bien, lo que se ha descubierto por toda una generación "típicamente priva o anula  las ficciones teóricas del pasado". En lugar de refinar y especificar las más grandes generalizaciones del pasado, los psicólogos se han propuesto el reemplazarlas. Él agrega, "Creo que ahora está completamente y finalmente claro que la psicología no puede ser una ciencia coherente".  Koch sugiere, "Como el inicio de una terapia humilde, podríamos volver a bautizar la psicología y empezar a referirnos como 'estudios psicológicos'".   Y desde luego Koch critica la psicoterapia por vivir bajo "la ilusión de que ya es una ciencia", cuando en realidad no lo es.   
     Otra razón por la cual la psicoterapia no puede legítimamente llamarse una ciencia coherente es porque intenta contender con profundas complejidades humanas que no pueden ser observadas directamente o ser constantemente previstas. Además, el terapeuta y el cliente son cada uno individualmente único, y su interacción añade una dimensión adicional de variabilidad. Cuando uno agrega tiempo y circunstancias cambiantes, no es de extrañar que la relación terapéutica escapa los rigores de una ciencia.  Al considerar el dilema entre ciencia y la individualidad personal, el Dr. Gordon Allport dice: "El individuo, sea lo que esta persona sea, es por sobre todo una organización internamente coherente y única de procesos corporales y mentales. Pero es ésta individualidad que la ciencia considera vergonzoso. La ciencia, se dice,  cubre un área amplia, y preferiblemente leyes universales ... la individualidad no puede ser estudiada por la ciencia, sino solamente por la historia, por el arte, o por la biografía.  
     Podríamos añadir que el individuo no sólo escapa las fórmulas de la ciencia, sino también que desafía las descripciones de la literatura. Sin embargo, si uno debe elegir entre los dos, parece que la literatura ha revelado la humanidad en una forma más sincera. El idioma describe las complejidades de la individualidad mucho mejor que las fórmulas. El idioma y la literatura, en lugar de promulgar teorías de la personalidad y psicoterapia, lo que hacen es exitosamente  representar la naturaleza humana y dar un vistazo o vislumbrar las profundidades del alma, pero es la Biblia que mejor representa y da la verdad exacta acerca de la humanidad.
     Hay sutilezas y similitudes entre ciertas ideas de la psicología y el Cristianismo que aumentan la vulnerabilidad y que puede motivar a la persona a ministrar psicológicamente en vez de bíblicamente. El corazón engañoso encuentra a su amigo más amigable en un evangelio adulterado, donde se da rienda suelta a la naturaleza pecaminosa del hombre y donde el hablar en forma pecaminosa puede hacerse sin restricción, sin cuestionamiento o prueba. Por esta razón los Cristianos deben pasar tiempo en la Palabra y en oración en vez de buscar respuestas a los dilemas de la vida fuera de las Escrituras y de la iglesia. Una vez más, la psicoterapia y sus psicologías subyacentes no son ciencias.  Son las especulaciones humanas sobre el alma, con una fachada seudocientífica.
     Ha habido mucha búsqueda aparte de las Escrituras para poder encontrar maneras de ministrar al sufrimiento de los Santos, que ha producido un grupo entero de profesionales entrenados psicológicamente (o por lo menos psicológicamente contaminados) y consejeros laicos quienes están preparados para ministrar usando los caminos y la sabiduría de los hombres junto con las Escrituras, que parecen apoyar su práctica. Esto es sincretismo. Otros culpables de esta falsa integración son:
1) Las escuelas Cristianas y seminarios que promocionan positivamente el uso de asesoramiento psicológico o preparan individuos para ser licenciados como psicoterapeutas, especialmente las escuelas Cristianas que tienen programas acreditados por la Asociación Psicológica Americana (APA).
2) Pastores u otros quienes promueven y afirman ideas psicológicas y/o refieren o envían a congregantes a psicoterapeutas.
3) Autores y organizaciones que promueven un entendimiento psicológico del hombre.
4) Los que profesan ser Cristianos y quienes están profundamente comprometidos a esta "integración", cuyo origen es el no creer que la Escritura es suficiente para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3).
     La ilusión o el engaño sin embargo continúa a pesar de esta declaración por los miembros de la Asociación Cristiana para Estudios Psicológicos, un grupo que incluye a psicólogos y consejeros psicológicos que profesan ser Cristianos: "muchas veces nos preguntan si somos  'Psicólogos Cristianos' y resulta difícil de contestar, ya que no sabemos lo que implica la pregunta. Somos cristianos, los cuales somos psicólogos, pero en realidad no hay ninguna Psicología Cristiana que sea aceptable y que sea radicalmente diferente a una psicología que no sea Cristiana o secular.  Es difícil el dar a entender, que nosotros funcionamos  en una manera que es fundamentalmente diferente de nuestros colegas seculares (o no cristianos).
     No estamos cuestionando la fe de los cristianos, que como psicoterapeutas, pastores y líderes de la iglesia, apoyan la psicoterapia y la psicología clínica.  Somos críticos, sin embargo, de su práctica y apoyo para estas actividades que niegan la suficiencia de las Escrituras. La Palabra es verdad; las teorías y prácticas de la psicoterapia que hablan en lugar de la Palabra de Dios escrita y de sus promesas, son falsificaciones. Esta mezcla de la psicología secular y el Cristianismo con sus nefarias consecuencias de haber corrompido la fe, ha llegado a tal apogeo, que aquellos que son conocedores de la verdad no hacen lo que es debido, es decir, predicar o enseñar la verdad del evangelio. Hay muchos pastores y líderes de la iglesia que creen lo mismo que nosotros, en lo que se refiere a la psicoterapia, pero no toman la iniciativa en alertar a la congregación de este compromiso religioso falso de la verdadera fe en la Palabra de Dios. A menudo hemos desafiado a cristianos que creen como nosotros en cuanto a la psicoterapia, para que pregunten a sus pastores si ellos tienen algún problema en referir o enviar a aquellos que tienen problemas personales, a un psicoterapeuta.
     La psicoherejía engaña al alma. O. Hobart Mowrer, en su libro titulado "La Crisis en Psiquiatría y Religión", hace una pregunta penetrante: "¿Ha vendido la religión evangélica su primogenitura por un plato de potaje psicológico?"  Los cristianos necesitan tener un objetivo, deben mirar detenidamente a su primogenitura y la confusión del potaje psicológico.  Sin una sujeción firme en la Palabra de Dios, estos llamados Cristianos se van a descarrilar y esto avanzará a medida que la decepción aumente exponencialmente en los días precedentes al retorno de Cristo.   
     Cuando se le preguntó sobre el tiempo de Su regreso, Jesús dijo: "Mirad que nadie os engañe". ¿Cuán profundamente engañados están esos cristianos que están buscando ayuda en la psicoterapia y sus psicologías subyacentes? ¿Cómo serán capaces de descubrir cuánto es el engaño, si ya han mezclado las nociones psicológicas engañosas y absurdas en su comprensión de la Biblia? Dos veces en el libro de Proverbios (14:12; 16:25) nos dice que hay una manera (la manera del mundo) que parece recto al hombre, pero se separa de la verdad de Dios y conduce a la muerte.
     Casi todos los que creen que han sido ayudados por la consejería psicológica finalmente reconocen que sus problemas mentales y emocionales no han sido resueltos ni han disminuido. En la segunda parte de estas series, confrontaremos el mito de la consejería psicológica, su supuesta eficacia y el valor de ministrar a la manera de Dios a través de la suficiencia de Su Palabra y la habilitación del Espíritu Santo (Peter 2: 1:3
Dr. Martin, Deidre Bobgan y T.A. McMahon 
Enero 2018

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